Moratinos recuerda que fue una medida suspendida en 2005 por la UE y sostiene que con su política "los presos políticos salen a la calle"
MADRID, 3 Oct. (EUROPA PRESS) -
El PP reprochó hoy al Gobierno que no invite a los disidentes cubanos a la Embajada española en La Habana con motivo de la Fiesta Nacional el próximo 12 de octubre. El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Angel Moratinos, recordó que ésta fue una de las medidas de presión suspendidas por la UE en 2005.
El diputado y secretario de Relaciones Internacionales del PP, Jorge Moragas, denunció en la sesión de control al Gobierno en el Congreso el "contumaz empeño" del Ejecutivo de "marginar" a los disidentes en esta celebración, así como que haya reactivado la cooperación al desarrollo con Cuba con la decisión de conceder "al régimen cubano unos 20 millones de euros", lo que, a su juicio, vulnera "el principio de la cláusula democrática" a la que están sometidos todos los miembros de la UE.
Moragas señaló que la propia secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Leire Pajín, "desvinculó esa cooperación de la mejora de los derechos humanos" y advirtió de que esta reactivación de la ayuda al desarrollo hacia Cuba "sólo sirve para alimentar al aparato represor de una dictadura y para manchar el buen nombre de la democracia española ante el pueblo y los demócratas cubanos".
Moratinos recordó que la política de invitar a los disidentes a las fiestas en las embajadas europeas en La Habana fue suspendida en 2005 por la UE, que "la semana pasada ha iniciado un diálogo con Cuba siguiendo la línea avanzada por el Gobierno español".
BUZÓN DE MENSAJES PARA ETA
En su turno de réplica, Moragas afirmó que los 'populares' se preguntan "qué extraño pacto" tiene el Gobierno con el "régimen cubano" para "permitir que la lista de invitados de la Embajada española la dicte una dictadura".
"¿No tendrá nada que ver con esa pleitesía con la dictadura las noticias relacionadas con los correos etarras en La Habana?", apuntó en alusión a las informaciones aparecidas en los medios de comunicación que afirman que dirigentes del Ejecutivo cubano fueron depositarios de mensajes que el Gobierno español quería hacer llegar a la banda en los momentos finales del fallido proceso de paz.
Moragas se preguntó también si el Gobierno sería "más sensible" con el movimiento Damas de Blanco, formado por esposas de presos políticos, si éstas "fuesen vestidas con túnicas de color azafrán", en referencia a la vestimenta de los monjes budistas que se han manifestado contra la Junta Birmana.
Moratinos eludió contestar a las acusaciones del diputado 'popular', del que dijo que intenta volver a la "política fracasada" que defendió el anterior Gobierno de España y de "ignorar" lo que está ocurriendo en la isla.
El ministro insistió en que la UE está "siguiendo los pasos que dio España" y recordó que fueron las autoridades cubanas quienes, como reacción a las sanciones de 2003 motivadas por el encarcelamiento de 75 disidentes y la ejecución de tres secuestradores de una lancha, decidieron "paralizar" la cooperación que recibían desde los países europeos.
"A partir de ahora lo que han hecho es iniciar una nueva cooperación" y "España tiene que estar presente en Cuba en todos los sectores", añadió el ministro, que afirmó que su política está dando "resultados concretos", entre ellos, dijo, que los "presos políticos salen a la calle".
DIVISIÓN EN EL CONGRESO Poco antes de la comparecencia de Moratinos en el Pleno, PSOE, ERC, IU-ICV y BNG tumbaron en la Comisión de Asuntos Exteriores una propuesta de CiU, apoyada por el PP, para que el Congreso manifestara su apoyo a ciertos objetivos recogidos en la declaración 'Unidos por la Libertad', promovida por los principales dirigentes de la oposición a la dictadura castrista, entre ellos el miembro de la Internacional Socialista Vladimiro Roca.
Entre esos objetivos, se citaba en la iniciativa de CiU "el respeto a los Derechos Humanos, la democracia, la reconciliación, la justicia social, la libertad y la soberanía para el pueblo cubanos".
Tampoco prosperó, por la oposición de PP e IU-ICV, y las abstenciones de CiU y BNG, una proposición no de ley del PSOE encaminada a respaldar la política del Gobierno hacia Cuba.
En realidad, el texto de CiU era una enmienda de sustitución a una proposición no de ley del PP, que renunció a que se sometiera a votación su texto. Entre otras cosas, los 'populares' instaban en su iniciativa al Gobierno a que recuperara la política de invitar a los disidentes a las fiestas en la Embajada en La Habana.
La diputada del PSOE Meritxell Batet acusó al PP de pretender "distorsionar" con su iniciativa cualquier "acuerdo potencial", afirmó que la política de invitar a los disidentes a las legaciones fue un "fracaso" y justificó el voto de su grupo en contra de la redacción alternativa de CiU porque aquellos que suscribieron la declaración 'Unidos por la Libertad' no representan a la totalidad de la oposición cubana.
Frente a estos argumentos Moragas recordó en el debate en la Comisión que el embajador alemán en La Habana sí invitó a los disidentes a la última fiesta nacional de Alemania, criticó que las autoridades españolas que viajan a la isla no reciban públicamente a los disidentes y defendió la reanudación de la cooperación al desarrollo con la isla sólo cuando la dictadura inicie "pasos tangibles" hacia una reforma que conduzca a un sistema democrático.
Batet le respondió que Cuba no es el único país sin democracia que recibe ayuda oficial al desarrollo y aseguró que cuando se ejerce esta cooperación "se pide a las autoridades que caminen hacia el respeto de los derechos humanos, pero no se renuncia a mantener esa cooperación".
El presidente de IU-ICV, Gaspar Llamazares, denunció que el PP "añora la confrontación con Cuba" y defendió la "mejora" de las relaciones con Cuba porque, a su juicio, resulta una política "más eficaz".
El diputado del BNG, Francisco Rodríguez, afirmó que el debate sobre Cuba "hastía" y señaló que es consecuencia del cambio sobre la política española hacia la isla efectuado por el ex presidente José María Aznar, "que se alineó" con Estados Unidos.