BILBAO, 8 Feb. (EUROPA PRESS) -
El artefacto colocado por un supuesto miembro de ETA poco antes de la medianoche de ayer en la sede de los juzgados de Bergara (Gipuzkoa) contenía unos 15 kilos de explosivo cuya composición está aún por determinar, según las primeras estimaciones de los especialistas de la Ertzaintza.
Los mismos medios precisaron, en un comunicado, que el artefacto se encontraba distribuido en el interior de dos mochilas que un encapuchado dejó junto al edificio.
Según el análisis de las grabaciones de las cámaras de seguridad del juzgado, hacia las doce menos veinte de la medianoche un individuo joven, que cubría su rostro con una capucha, depositó dos mochilas junto a la puerta del edificio y abandonó el lugar rápidamente.
Ocho minutos más tarde, a las 23,48 horas, una patrulla de seguridad ciudadana de la Policía vasca que realizaba su servicio por la zona, detectó la presencia de los dos objetos sospechosos y procedió a dar la alarma. De inmediato estableció un cordón de seguridad, al que poco después se sumaron otras patrullas de la Ertzaintza, para impedir que ninguna persona se aproximara al edificio.
Pasados dos minutos la medianoche se recibió una llamada telefónica en las dependencias del parque de bomberos de Oñate en la que una voz grabada informaba de la próxima explosión del artefacto. Los bomberos dedujeron, pese a la baja calidad de la grabación, que la explosión se produciría a las doce y media de la noche.
Finalmente, el artefacto estalló a las doce y veinte, causando importantes dersperfectos en el edificio, pero ningún daño personal.