MADRID, 23 Oct. (EUROPA PRESS) -
La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, indicó hoy que si la línea ferroviaria de Alta Velocidad (AVE) a Barcelona no puede entrar en funcionamiento el próximo 21 de diciembre, tal como comprometió el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, "no se hará y tampoco pasará nada".
"Si no se puede hacer ese día, no se hará, tampoco pasa nada", subrayó en declaraciones a la Cadena Ser recogidas por Europa Press, en las que aseguró que el Gobierno "lamenta" los problemas que se les están causando a los ciudadanos y pidió "disculpas".
Según De la Vega, el objetivo fundamental del Ejecutivo es que las obras "respondan a la seguridad", por lo que garantizó que se va a dar "prioridad" a esa seguridad "aunque eso tenga consecuencias".
La vicepresidenta recordó que esta obra se adjudicó en enero en 2005 y que tenía un plazo de ejecución que decía que tenía que estar terminada en enero de 2007, por lo que subrayó que ya "ha tenido dos prórrogas porque una parte de la obra tiene una enorme complejidad técnica".
"Cuando se anunció que a final de año estaríamos en condiciones de inaugurarla se daba un año de plazo. Ha habido accidentes que no podíamos prever, pero la obra debía estar terminada inicialmente a principios de 2007. Lo digo para que se quite de la cabeza que nosotros hemos puesto una fecha por un interés distinto al de los ciudadanos", argumentó.
En cuanto a la posibilidad de que alguna de las empresas que trabajan en las obras del AVE en Barcelona esté provocando retrasos deliberadamente, indicó que Ministerio de Fomento está "siempre estudiando las posibilidades que se puedan plantear, exigiendo a las empresas el cumplimiento de sus compromisos y estudiando las razones por las que en algunas ocasiones esos compromisos pueden no haberse cumplido".
"Si hay alguna responsabilidad, tengan la absoluta tranquilidad de que el Gobierno actuará conforme a derecho y con todas las garantías también con las empresas", apuntó al respecto.
PRIORIDAD POR LA SEGURIDAD
"Pero ahora lo más importante de todo es la seguridad, los ciudadanos, y que las obras lleguen cuanto antes a su fin, porque es verdad que sufrimos mucho todos, pero sobre todo quien tiene que coger todos los días el tren y tiene la angustia añadida de saber que se va a encontrar con una situación complicada", añadió.
Según dijo, el Gobierno, al tiempo que garantiza la seguridad, trata de mantener el ritmo de la obra, "minimizando las consecuencias que esas complejísimas obras causan en los ciudadanos". "En cualquier caso, la prioridad es la seguridad, seguida de los ciudadanos y que las cosas se hagan de la forma más rápida posible", agregó.
En este sentido, recordó que esta obra, que es de una "enorme complejidad técnica", se empezó en 1999, con un trazado y un proyecto que se definió por la anterior Administración, "y a partir de ahí han ido surgiendo problemas, que se han ido abordando de la mejor manera posible".
Así, destacó que ahora la construcción de esta infraestructura lleva "cierto retraso" por esa complejidad, y que el Gobierno está tratando de "paliar esos problemas con medios técnicos, vigilancia y tratando de que los ciudadanos tengan medios alternativos".
De la Vega reconoció que todo esto no es "suficiente", pero insistió en que la finalidad es que la obra se haga "cuanto antes pero se haga bien", al tiempo que avisó de que "si hay que pedir responsabilidades se pedirán".
Apuntó que la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, está trabajando con "mucho rigor, está requiriendo a las empresas para que cumplan con sus obligaciones y estudiando los posibles incumplimientos que pueda haber, para si hay responsabilidades, por su puesto exigirlas".
Acerca de un posible desgaste de cara a las elecciones generales, la vicepresidenta aseguró que no trabajan con "ese tipo de análisis", sino que trabajan para "mejorar la vida de la gente", por lo que indicó que lo que más le importa al Ejecutivo es que los ciudadanos "tengan solucionados sus problemas, y darles la información para que ellos decidan de forma libre". "Este es un Gobierno responsable y responde ante los ciudadanos de las situaciones que se producen", dijo.
Finalmente, señaló que los ciudadanos son "también muy comprensivos", y aprovechó no sólo para pedir "disculpas", sino también para "dar las gracias por su paciencia y por su talante, por su capacidad de comprender que esta es una obra enorme, la más compleja que se ha hecho, porque ningún AVE ha llegado en España en situación de soterramiento". Según dijo, tiene "tanta confianza" en los ciudadanos que está "absolutamente convencida de que tras sufrir lo que están sufriendo, los pobres lo van a entender en el momento en que vean que las cosas han mejorado".