SANTA CRUZ DE TENERIFE 2 Abr. (EUROPA PRESS) -
El diplomático y escritor madrileño José María Ridao, al actor marroquí Abdel Aziz El Mountassir y al guía turístico Ousseynoum Gueye, procedente de Senegal, moderados por el periodista y escritor Juan Manuel Pardellas, coincidieron en el cuarto foro del ciclo 'Enciende África' organizado por la Obra Social y Cultural de CajaCanarias en que el futuro del continente africano es "incierto".
El tema de la propuesta, '¿Puede África ganar su futuro? Miradas a un continente', sirvió para que los ponentes aprovecharan la oportunidad para dejar patentes sus miradas personales sobre la posibilidad de un futuro para África. "La racionalidad de Ridao, la pasión de Aziz y la visión cotidiana de Gueye se entrelazaron en una velada que habló de un futuro incierto, con objeciones y condicionales, pero futuro al fin y al cabo", informó la entidad financiera en un comunicado.
Ridao respondió a la pregunta introductoria de Pardellas, "¿Puede África decidir su futuro?", con un sí matizado. Para el escritor madrileño está fuera de duda que los africanos tienen en sus manos su futuro, pero la cuestión es en qué condiciones. Según este experto, "es el momento de constatar lo que percibe como un final de ciclo en el análisis de los problemas africanos".
"Se trata de ser radicales en dicho análisis para ser pragmáticos en su solución. Hasta ahora siempre se han explicado los problemas de África en función del colonialismo, cuando lo propio a estas alturas es analizar las independencias y lo que los gobernantes africanos han hecho en su continente", añadió.
Ridao criticó el uso de la expresión "crisis humanitaria" para referirse a lo que considera "crisis políticas que tienen responsabilidades políticas". En su opinión, "hay que deslindar esas responsabilidades olvidándonos de la colonización y todos debemos cumplir nuestro papel en este cambio de ciclo. Nosotros, criticando nuestras políticas, pero también los africanos deben asumir ese rol crítico frente a las acciones de sus gobernantes".
La intervención de Ridao señaló un segundo cambio de ciclo relacionado con el análisis económico. A su juicio, muchas economías africanas han establecido un doble circuito económico. Hay un primer circuito que opera con absoluta normalidad, integrado en la economía internacional y que está ligado a la economía del petróleo, el uranio o los diamantes. Pero hay otro circuito gestionado por la cooperación al desarrollo. Aspectos fundamentales de la sociedad como la educación o la sanidad operan en ese circuito.
"La cooperación destruye el poco, el incipiente tejido empresarial africano por la intromisión de organizaciones extranjeras en las licitaciones", explicó. Ridao fue muy crítico respecto al tema porque ha constatado que "ningún país africano ha conseguido desarrollo con la ayuda al desarrollo". En el cierre de su intervención subrayó nuevamente que ese futuro africano pasa, necesariamente por un cambio en el discurso, hay que "homologarlo al nuestro".
ABDEL ASIZ EL MOUNTASSIR.
El "incendiario" Abdel Asiz El Mountassir, como lo presentó Juan Manuel Pardellas, inició su turno citando a un poeta árabe: "Y cuando te sometiste, echaron tu alma a la calle para que se cebaran con ella los perros". El actor marroquí optó por un discurso trufado de alusiones literarias para exponer su particular mirada crítica sobre el presente y el futuro africanos.
Tras exponer que se le tilda de radical cuando lo cierto es que lo radical son los hechos que acontecen en África, Aziz compartió con el auditorio el dolor que le produce hablar de su continente, casi tanto como el que le causa el mundo árabe. Sacó a relucir la tragedia de los que perecen en el intento de llegar a costas europeas, ese mar "que se ha convertido en una fosa común: los peces se alimentan de seres humanos".
Aziz empleo la charla de una velada entre amigos como hilo conductor de sus palabras. Habló de la miseria que se extiende por todo el planeta y criticó a esa parte del mundo que se escuda en una retórica bienintencionada de "libertad, democracia, civilización, euroconciencia... mientras come carne humana con cuchillo y tenedor". A pesar del marcado acento poético de su intervención, Abdel Aziz no dejó de lado el tema del debate, y afirmó que "no hay futuro posible mientras África siga vendiendo sus hijos" y "permita el expolio y el saqueo". Fue tajante en su rechazo a la corrupción y a casos como el indulto a los miembros de "El arca de Zoé" en Chad. Según él, "la única política verdadera es la política de la verdad".
OUSSEYNOUM GUEYE.
La poesía de Aziz fue el prólogo de la intervención de Ousseynoum Gueye, un senegalés que representa a la nueva generación de jóvenes africanos. Gueye, de 33 años, habla siete idiomas y trabaja como guía turístico en su país. De su sueldo dependen veinte personas. Tras haber solicitado infructuosamente el visado para España en dos ocasiones, por fin ha podido disfrutar de la oportunidad de pisar suelo canario.
Se describió como un representante de la juventud africana, deseoso de acercar su realidad al público, de compartir los anhelos, los sueños de los que se embarcan en el viaje hacia Europa. Expuso que el mayor deseo de sus compatriotas es "descargar a nuestros padres de sus responsabilidades". Para ellos, constituye un motivo de orgullo relevar a los mayores en el mantenimiento de la familia.
Confirmó que el deseo de ir a España es generalizado y se nutre principalmente a través de dos vías. Por un lado, las antenas parabólicas llevan a cualquier rincón imágenes de una vida llena de comodidades. Y por otro, los emigrantes que vuelven por vacaciones dan testimonio de una opulencia aparentemente fácil de alcanzar, omitiendo las dificultades reales que sufren en su vida en el extranjero.
Para Ousseynoum Gueye, esta información sobre un bienestar tan accesible es lo que impele a los jóvenes a exponer su vida para lograrlo. En Senegal, la preocupación "es conseguir medios para mantener a la familia". De no ser así, no arriesgarían sus vidas. Gueye recalcó el sufrimiento y la añoranza de los que se van, y habló sobre la nostalgia que percibió en los menores del centro de acogida que había visitado durante la mañana del martes.
A este panorama se suman las dificultades para conseguir un visado, lo que ha permitido el florecimiento de mafias para el tráfico de inmigrantes. De nada sirven las campañas de sensibilización que tratan de disuadir a los que se embarcan mientras los jóvenes no encuentren en su país medios para mantener a su familia.
Gueye aprovechó para poner en tela de juicio el sistema educativo senegalés ya que está "calcado de Europa y no se adapta a la realidad de nuestro país". Los titulados fruto de esa formación no se amoldan a las necesidades de su entorno y están condenados a engrosar las cifras de parados. Otro problema que el senegalés no quiso dejar en el tintero es el de las intromisiones de Europa en las políticas africanas por intereses económicos.
A pesar de todo, Gueye se mostró optimista. Según él, es posible "construir el futuro de Africa y la responsabilidad reside en los jóvenes, pero tienen que quedarse".