ROMA, 14 Sep. (EUROPA PRESS/G. Moreno) -
Más de la mitad de los italianos renunciaron ayer a su plato preferido, la pasta, para protestar contra la fuerte subida de precios que están registrando los productos básicos, entre ellos el pan, la leche y especialmente la pasta, que es uno de los productos alimentarios más consumidos en Italia.
Según informaron las principales asociaciones de consumidores del país transalpino, encargadas de organizar esta simbólica huelga, muchos italianos se adhirieron a la protesta, renunciando a su habitual plato de macarrones, spaguettis o fettucini a la carbonara, al pomodoro o a la boloñesa.
Los organizadores de la protesta siguieron la adhesión de los ciudadanos con encuestas a pie de supermercado o de restaurante, según explicó el presidente de la asociación ADUSBEF, Elio Lannutti, quien aseguró que se había conseguido preguntar a entre casi 4.000 personas, de las que al menos la mitad afirmó unirse a la huelga.
No obstante, algunos ciudadanos consultados por Europa Press reconocieron no tener ni siquiera conocimiento de la huelga, mientras que otros manifestaron su imposibilidad de adherirse, dado que la pasta es uno de los elementos básicos de la dieta nacional, lo que la convierte en un plato demasiado imprescindible como para renunciar a él.
Por su parte, los patrones de varios restaurantes y 'trattorie' admitieron que, si los clientes se lo pedían, hoy no dejarían de servir pasta, al tiempo que manifestaron su aprobación a esta iniciativa, "porque cada vez tenemos los bolsillos más vacíos y la vida está más cara", tal y como señaló Roberto, que trabaja como camarero en uno de los restaurantes cercanos a la Fontana di Trevi.
Los organizadores de la huelga --Adoc, Adusbef, Codacons e Federconsumatori-- concretaron en un comunicado conjunto el modo en que los consumidores podían adherirse a la protesta, que además de en no comer pasta consistió en "renunciar a al menos una compra durante toda la jornada".
EVITAR COMPRAS DURANTE TODO EL DÍA
Entre otros consejos prácticos, figuraban el no desayunar en el bar sino en casa; llevarse las bebidas en un termo o beber agua del grifo en lugar de comprarla en un establecimiento comercial o máquina expendedora; utilizar el teléfono "sólo para las llamadas urgentes e indispensables"; llevarse la comida o la merienda preparada desde casa; no ir en taxi o utilizar los medios públicos o "todavía mejor, la bicicleta", para desplazarse por la ciudad; entre otros.
Asimismo, el comunicado detallaba el modo de anticipar o retrasar las compras, adquiriendo el billete de autobús el día antes, así como los productos alimentarios y farmacéuticos, e incluso retrasando o anticipando el envío de cartas por correo.
MANIFESTACIONES EN LAS PRINCIPALES CIUDADES
Además, muchos ciudadanos decidieron salir a la calle para reivindicar una disminución de los precios de los bienes de consumo básico, con concentraciones en Roma, Milán y Palermo, entre otras.
Durante las concentraciones, se repartió pasta, pan y leche. En Roma, donde la manifestación fue apoyada por algunos centenares de personas partió de la Plaza de Montecitorio --frente al Parlamento-- y terminó en la Plaza Verdi, donde los organizadores se entrevistaron con el presidente de la autoridad reguladora de la competencia, Antonio Catricalà.
Tras el encuentro, los representantes de las asociaciones refirieron el compromiso manifestado por éste para estudiar el tema del encarecimiento de los precios. Aunque el regulador no puede fijar los precios del mercado sí puede "indagar" sobre los motivos que han conducido a esta situación, explicaron los organizadores.
Según el boletín mensual del Banco Central Europeo (BCE) la dinámica de los precios de los alimentos ha crecido en los últimos meses, llegando en agosto a un aumento del 30% con respecto al mismo periodo del año anterior.
PRODUCTORES E INDUSTRIA SE ECHAN LA CULPA
Por su parte, las organizaciones agrícolas, encabezadas por la Coldiretti --que agrupa a un total de 18 federaciones regionales-- echaron la culpa a la especulación existente en la industria de la alimentación, asegurando que "en Italia, los precios aumentan una media de cinco veces" en su trayecto desde el campo hasta la mesa".
En cambio, las industrias del sector, representadas por la patronal Confindustria, atribuyeron el desajuste de los precios al "sensible aumento de los precios del grano, la sémola, y sus derivados" que "no daña sólo a los consumidores sino que también está amenazando la solidez de los productores de pasta".
En cambio, la organización de comerciantes Confcommercio consideró la huelga como "una protesta sin fundamento", invitando a abandonar el tema de los precios y sustituirlo por la "falta de crecimiento del país y de los ingresos de las familias" y proponiendo protestas contra la presión fiscal que sufre el país.