SANTANDER 21 Ago. (EUROPA PRESS) -
El ex presidente de los Estados Unidos Jimmy Carter expresó hoy su "esperanza" y su "preferencia" de que el terrorismo de ETA finalice "dentro de este país", es decir, "a través de la negociación directa" entre la banda y el Gobierno de la Nación, aunque avanzó que si esto no fuera posible y "siempre y cuando las dos partes lo pidan", el Centro Carter estaría "dispuesto a participar" como mediador.
Carter, Premio Nobel de la Paz y miembro honorífico del Club de Madrid, recordó que ya en 1998 el Centro Carter se mostró "dispuesto a negociar un posible acuerdo de paz entre el Gobierno de España" y lo que él denominó como "movimiento vasco".
"Habíamos ido a la República Dominicana en varias ocasiones para reunirnos con los líderes de ETA y de hecho me sorprendió la situación", relató en una rueda de prensa convocada con motivo de su participación en el encuentro organizado estos días por el Club de Madrid en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
Sin embargo, explicó que "el Gobierno español de aquel entonces pidió al Centro Carter que no se involucrara". "Puedo entender por qué, puesto que ellos querían hacer frente al problema por ellos mismos", indicó, afirmando que ésa es también su "propia esperanza", es decir, que la solución al terrorismo de España se consiga "dentro de este país", como "primera opción".
Preguntado por la percepción que desde el exterior se tiene del terrorismo de ETA, frecuentemente denominado en medios de comunicación como "movimiento de liberación vasco", en lugar de como banda terrorista, Carter recalcó que "cualquier grupo disidente que recurra a la fórmula de la violencia, que dañe o mate a ciudadanos inocentes" es "totalmente reprobable y debe ser condenado por completo".
El ex presidente se refirió a los atentados terroristas de Londres, Madrid y las Torres Gemelas y aseguró que quienes por una fe religiosa "recurren a la violencia" están "distorsionando sus propias creencias religiosas", ya que todas las fes "tienen una base en común y tiene que ver con unos compromisos que se remontan muchos siglos", es decir, "la paz, el servir al prójimo, la humildad" y "aplicar la justicia para aliviar el sufrimiento de los pobres".
"Estas son cosas que nos deberían unir y que deberían servir para establecer un compromiso común, sea cual sea nuestra creencia religiosa", dijo, recalcando que "los extremos son siempre malos".