RAMALA (CISJORDANIA), 6 (EUROPA PRESS)
Los palestinos conmemoraron ayer el 40 aniversario de la ocupación militar israelí en sus territorios durante la Guerra de los Seis Días en 1967, fecha en la que Israel se anexionó Cisjordania, la Franja de Gaza, el valle del Sinaí --territorio devuelto a Egipto en 1979--, así como los Altos del Golán.
La nota predominante de los actos modestos que se celebraron en varias localidades palestinas de Cisjordania --entre ellos una manifestación en Hebrón y una sesión parlamentaria-- es la amplia conciencia de que el conflicto palestino-israelí está lejos todavía de resolverse, reconociendo que nunca pensaron que la ocupación duraría tanto.
Saeb Erekat, asesor del presidente palestino, Mahmud Abbas, y principal negociador para el proceso de paz, y que apenas tenía 12 años cuando su pueblo natal de Jericó vio cómo Israel imponía su control militar en la zona lamentó que tendrá "nietos bajo la ocupación", tras explicar que dos de sus hijas contraerán matrimonio este verano, algo que subrayó "no debería ser tolerado", insistiendo en que "40 años de ocupación son suficientes".
Por su parte, varias personalidades israelíes recordaron ayer cómo el inicial estado de euforia por haber vencido Israel a una coalición árabe formada por Egipto, Jordania, Irak y Siria entre el 5 y el 10 de junio de 1967 dio paso a la división de opiniones sobre cómo proceder respecto a los territorios palestinos. "Alcanzamos tal estado de euforia y tal excitación que nos cegamos, porque con tal éxito podríamos haber traído la paz", declaró el ex ministro Shulamit Aloni a la radio israelí, si bien se mostró convencido de que "hoy todavía podemos hacer la paz", algo que, insistió, los israelíes están "intentando".
Los sectores más izquierdistas en Israel lamentan que la ocupación de los territorios palestinos ha erosionado los valores hebreos y ha perjudicado su imagen en el panorama político internacional, mientras que los más radicales argumentan que los terrenos anexionados en la zona de seguridad creada por las autoridades beneficia la seguridad de su comunidad.
En Cisjordania y la Franja de Gaza, la mayoría de la población palestina sigue en pie de guerra, muy preocupada por las luchas internas entre las facciones de Al Fatá y de Hamás, que a pesar de que el pasado febrero se pusieron de acuerdo en la ciudad santa del Islam de La Meca para formar un Gobierno de unidad nacional, milicianos de uno y otro se han enfrentado a tiro limpio en las calles de la Franja de Gaza, donde han muerto más de medio centenar de palestinos, la mayoría de ellos miembros de Al Fatá.
A este respecto, y en relación a la "situación interna" en los territorios palestinos, Abbas reconoció que lo que preocupa a todas las partes "es el caos y, más específicamente, estar al borde de una guerra civil".
En un discurso, Abbas admitió que después de cientos de horas de negociaciones infructuosas para poner fin a las refriegas violentas "lo que es igual de peligroso que la ocupación, o incluso peor, es el riesgo de luchas fraticidas", algo que además, subrayó, beneficia a Israel.
Por su parte, el ex primer ministro palestino Ahmed Qureia aseguró que las luchas entre facciones "demuestran que somos responsables de una gran parte de los fracasos" que hoy día sufren los palestinos.
ACTOS CELEBRADOS
Cerca de 200 israelíes de la ONG Paz Ahora se manifestaron ayer en Hebrón, en el sur de Cisjordania, cerca de la Tumba de los Patriarcas, para conmemorar el 40 aniversario de la ocupación de los territorios palestinos y reclamar al Gobierno israelí la retirada de todos los asentamientos judíos de esta ciudad, algo que les enfrentó verbalmente con cerca de 30 contra manifestantes que les calificaron de "traidores".
Los palestinos de la zona contemplaron los hechos desde las ventanas de sus casas y decenas de soldados se mantuvieron alerta ante posibles incidentes en Hebrón, ciudad santa en la que, según judíos y musulmanes, están enterrados los patriarcas bíblicos. Israel controla el centro de la ciudad, donde residen 500 colonos rodeados de aproximadamente 160.000 palestinos, que controlan el resto de la localidad.
En las afueras de la localidad de El Khader, próxima a Jerusalén, alrededor de 60 manifestantes con banderas palestinas se acercaron a un grupo de soldados israelíes, coreando eslóganes en pro del fin de la ocupación.
NEGOCIACIONES
Por otra parte, Abbas y el primer ministro israelí, Ehud Olmert, tienen previsto reunirse mañana en Cisjordania, previsiblemente en Jericó. En su discurso televisado, el presidente palestino admitió que pedirá la reanudación de las conversaciones de paz que se rompieron en 2001, en los primeros meses de la Segunda Intifada. "Reafirmaré la necesidad de iniciar negociaciones de manera que no nos atasquemos en un implacable ciclo de violencia", aseguró.
Asimismo, explicó que también abordará con Olmert la expansión continua de los asentamientos judíos en Cisjordania y la construcción del muro de separación. También pedirá la liberación de los prisioneros palestinos que permanecen en cárceles israelíes e insistirá en que Israel debe transferir cientos de millones de euros en impuestos que corresponden a la Autoridad Palestina y que tiene congelados desde el triunfo electoral de Hamás el pasado año. "Si los israelíes quieren minimizar la agenda, es mi deber como presidente electo del pueblo palestino poner todos los asuntos rotundamente sobre la mesa", afirmó.
La iniciativa de paz árabe para Oriente Próximo --propuesta por el rey Abdulá de Arabia Saudí en la cumbre de la Liga Arabe celebrada en Beirut en 2002 y relanzada en la recientemente celebrada en Riad--, ofrece la paz a Israel a cambio de una retirada a las fronteras anteriores a la Guerra de los Seis Días, de 1967, la creación de un Estado palestino y una 'solución justa' al problema de los refugiados, en particular los de la contienda de 1948, más de cuatro millones de personas. "Estamos avanzando hacia un Estado como nuestro objetivo final. Este objetivo está muy cerca (de cumplirse) a pesar de los desafíos a los que nos enfrentamos", agregó Abbas.
Por su parte, Hamás --cuyo líder, Ismael Haniyeh, encabeza el Ejecutivo de coalición-- confirmó hoy que acepta la creación de un Estado palestino, viable e independiente, en base a las fronteras palestinas anteriores a 1967, si bien matizó en un comunicado "que esto no significa abandonar ninguna parte de las tierras ocupadas o hacer ninguna concesión en relación al derecho de retorno de los refugiados (palestinos) que fueron obligados a abandonar sus tierras" en 1948.
Asimismo, el Movimiento de Resistencia Islámica subraya que "el hecho de que Hamás haya recibido el poder de los palestinos confirma la voluntad de nuestra gente, la cultura de resistencia y el colapso de nuestras alternativas, tales como rendición, negociaciones, o satisfacer al enemigo", informa la agencia palestina Ma'an, al tiempo que piden a la comunidad internacional "levantar el bloqueo impuesto contra la población palestina y poner fin a la ocupación".
Por su parte, organizaciones no gubernamentales pro Derechos Humanos, tanto palestinas como internacionales, aseguran que las condiciones de vida actuales para la población palestina son mucho peores que en el inicio de la ocupación, ya que a pesar de la evacuación formal de Israel de la Franja de Gaza en septiembre de 2005 mantiene un férreo control sobre los pasos fronterizos y comerciales, dificultando el tránsito de personas y de mercancías. En Cisjordania, el acceso de los palestinos a la mitad de territorio aproximado está restringido por los controles y las barricadas que Israel ha levantado para estrechar el control sobre la población palestina.