MADRID, 23 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los presuntos miembros de ETA que abandonaron el pasado jueves un coche con 115 kilogramos de explosivos en las proximidades de Ayamonte (Huelva) llevaban dos teléfonos móviles que están siendo analizados en estos momentos por la Guardia Civil junto con el ordenador portátil localizado ayer, según informaron a Europa Press fuentes próximas a la investigación.
Las mismas fuentes explicaron que el Instituto Armado está investigando en concreto dónde y cuándo se compraron los dos móviles, que operaban con tarjeta.
Además, la investigación ha permitido confirmar que la persona que alquiló el pasado martes el vehículo en la empresa lisboeta Rentilusa Locaçao, que debería haber sido entregado el mismo jueves, es Unai Arrieta, que pudo haber hecho esta gestión con documentación auténtica por su condición de miembro 'legal' --no fichado-- de ETA, precisaron las mismas fuentes.
Arrieta, que reside en San Sebastián y trabaja en una empresa vinculada a capital francés, está siendo buscado por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado desde que se conoció la identidad con la que se realizó el alquiler del vehículo.
El coche hallado el pasado jueves por la Guardia Civil transportaba 115 kilogramos de explosivos, diez temporizadores, ocho detonadores, cordón detonante y un aparato emisor-receptor de los que sirven para activar bombas a distancia. En el coche también se halló un manual de instrucciones para fabricar bombas redactado en euskera.
DELINCUENTES COMUNES
La Guardia Civil sopesa la posibilidad de que los dos motoristas que se detuvieron junto al coche abandonado cerca de Ayamonte (Huelva) y que rompieron un cristal para abrirlo no sean miembros de ETA sino delincuentes comunes de la zona, informaron a Europa Press fuentes próximas a la investigación.
Las sospechas de los agentes se ven reforzadas por lo arriesgado que resultaría para unos 'liberados' robar una motocicleta de gran cilindrada y 'doblar' sus matrículas o para un 'legal' utilizar uno de estos vehículos de su propiedad.
La precipitación con la que el ocupante del vehículo con los explosivos huyó del lugar y fue recogido por el supuesto coche-lanzadera disculparía que en el interior del mismo haya aparecido documentación personal y un ordenador portátil que ya ha sido enviado a Madrid para su análisis en la sede del Servicio de Información del Instituto Armado.
Sin embargo, a los investigadores les extraña que los terroristas acudiesen a recoger elementos 'comprometedores' en la motocicleta (se llevaron dos bolsas) y, aún así, olvidasen los antes citados.