CÁDIZ 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
El expresidente del Gobierno Felipe González ha expresado que le parece "una mala idea" la propuesta independentista, y "ni siquiera clara", del presidente de la Generalitat, Artur Mas. Además, tampoco le parece "un gran ejercicio de responsabilidad" hacerlo "en mitad de una corriente tormentosa" como es "una crisis que está cambiando todos los parámetros en los que nos tenemos que desenvolver como país".
Durante su intervención en el XVIII Foro Eurolatinoamericano de Comunicación, que se está celebrando en Cádiz bajo el lema 'Las instituciones en el fortalecimiento de la democracia', González ha opinado que es "una mala idea en el sentido de la historia, porque no da salida para España, no da salida para Europa" y tampoco le parece una buena idea decirle a los ciudadanos que "va a ser muy fácil, y que ni siquiera van a hacer falta unas fuerzas armadas porque para eso está la OTAN".
El expresidente del Gobierno ha defendido que hay "cierta urgencia" en hacer las reformas institucionales que se corresponden con una democracia que durante 30 años ha hecho "el mayor esfuerzo de descentralización política de la historia". Ha aseverado que "el Estado nación está en crisis, pero no es una crisis terminal", sino de redefinición de su función. A su juicio, esa función va a ser la de ejercer como "coordinador entre la descentralización hacia adentro y hacia afuera que exige el fenómeno de la globalización, incluido la competitividad y la masa crítica para desarrollar un papel en el mundo".
González ha expresado "respeto al sentimiento de pertenencia y, por tanto, la asimetría" en la constitución federal que "no altere los elementos sustanciales de igualdad de derechos y obligaciones de los ciudadanos sobre todo el territorio". Sin embargo, ese respeto no le impide aseverar que si el Estado nación está en una crisis de supra e intranacionalidad, "inventarse nuevos estados nacionales con menores dimensiones y menos sinergias, no me parece que esté en el sentido de la historia".
No obstante, reconoce que en un momento determinado puede producir "un calor, una llama que arrastre a un cierto populismo con mucha pegada, y a una frustración equivalente a la cantidad de populismo que se arrastre".
El expresidente del Gobierno ha asegurado que le preocupa "muchísimo" la dinámica que detecta en España de "un nacionalismo centrifugador frente a un nacionalismo centralizador". Por contra, aboga por "construir y reformar los modelos mediante el diálogo y el consenso".
En esta línea, ha incidido en que la propuesta independentista de Mas le parece "una mala idea", que no es "clara" y tampoco "responsable" en el momento de cambio actual, concluyendo que "especificidad no significa en absoluto Estado independiente, que nada tiene que ver con la modernidad ni con el futuro".