Piden mejor formación del profesorado, flexibilidad en los exámenes y fomento de las TIC para corregir desigualdades educativas
SEVILLA, 19 Dic. (EUROPA PRESS) -
Los padres de niños con dislexia se quejan de que este "frecuente" trastorno, que afecta en torno a un diez por ciento de la población escolar, siga siendo "el gran desconocido" de los maestros y profesores del país, que "desconocen cómo tratar" a estos pequeños en clase.
Según ha explicado a Europa Press el presidente de la Asociación 'Dislexia en Positivo', Jesús Gonzalo, quien ha participado esta semana como ponente en el grupo de trabajo relativo a la formación del profesorado que se ha constituido en el Parlamento de Andalucía, el desconocimiento de la dislexia por parte de los docentes es "absoluto" pese a que es una de las disfunciones "más corrientes".
"El gran drama del disléxico es que como no lo lleva escrito en la cara, como puede ser el caso de un Síndrome de Down, su trastorno se convierte en invisible y, por tanto, en desconocido", lamenta Gonzalo.
Por ello, su asociación ha expuesto en la Cámara andaluza algunas de las posibles soluciones para que el profesorado conozca, desde que comienza a formarse hasta que termina su función pública docente, qué es la dislexia y cómo puede ayudar a aprender a un niño disléxico. Porque, como apunta el presidente de esta asociación, "los niños disléxicos son inteligentes, pero necesitan que les enseñen las cosas de una forma distinta a la habitual".
Respecto a la formación inicial del profesorado, Gonzalo propone que en todas las Facultades de Ciencias de la Educación de Andalucía acuerden implantar varias asignaturas sobre trastornos infantiles a lo largo de los cuatro años en los que se imparte el Grado de Magisterio. Así, se evitaría "el sesgo" entre los propios alumnos y futuros docentes que se produce en la actualidad desde el momento en que "hay Universidades que sí tratan este tema, y otras que no".
Igualmente, asegura Gonzalo, el Máster de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y Formación Profesional --que capacita a los licenciados a ejercer la docencia-- debería contener módulos especializados en dislexia y otras disfunciones comunes. Además, "tampoco en las oposiciones existen temarios que aborden la dislexia, con lo cual, se repite el mismo fracaso de las Facultades".
Con la formación permanente del profesorado ocurre algo similar. "No es que la Administración no ofrezca cursos a sus profesores sobre dislexia, sino que esta formación no ha llegado siquiera al 15 por ciento de los docentes de la comunidad", explica. Según Gonzalo, los Centros de Profesorado (CEP) llevan "desde hace más de diez años" ofertando cursos sobre estos temas, pero "también depende del profesor, de su implicación y de sus ganas de reciclaje".
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Los niños disléxicos no necesitan contenidos distintos a los del resto de alumnos, sino métodos de enseñanza diferentes. En este sentido, el presidente de 'Dislexia en positivo' señala que las nuevas tecnologías pueden y deben convertirse en una herramienta fundamental para su educación.
"La clave fundamental es que a los niños con dislexia les cuesta aprender leyendo pero, como son inteligentes, no les cuesta aprender si se lo cuentan o si lo ve", explica. Por ello, pide a los profesores que abandonen la fórmula de "abrid el libro por la página 22 y comenzad a leed" porque, de esa manera, los niños con dislexia no avanzan. "Es una cuestión de sentido común: a un niño ciego nadie se plantea enseñarle por escrito; pues con esto, igual", añade.
Al respecto de los métodos de evaluación, Gonzalo apuesta porque, además del tradicional examen escrito, los profesores otorguen algo más de tiempo a estos niños para realizar la prueba y "repasen leyendo con ellos" el examen porque, "seguramente, haya cosas que sepan y que han olvidado escribir".
De esta forma, y potenciando el uso de la TIC en las aulas por las grandes posibilidades audiovisuales que estas herramientas permiten, Gonzalo asegura que "el día a día de los niños disléxicos en las aulas será mejor". "No pedimos grandes cosas; sólo un poco de más buena voluntad y más formación del profesorado", resume.