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SAYALONGA (MÁLAGA), 1 Dic. (EUROPA PRESS) -
El profesor e historiador Valentín Fernández, colaborador honorario del departamento de Geografía de la Universidad de Málaga (UMA), ha informado del hallazgo, en pleno casco urbano del municipio malagueño de Sayalonga, de restos de una cantera de piedra que, según la opinión de este investigador, pueden estar asociados al poblado de El Espolón, asentamiento de la Edad del Bronce descubierto en 2006 en el municipio.
Así, Fernández ha detallado este domingo, en un comunicado, que este pasado noviembre descubrió "casi por casualidad" en la calle Loma de la localidad una formación pizarrosa que presenta "numerosas similitudes" con la cantera que se encontró junto al poblado poco después del hallazgo de éste, y que surtía de piedra y formaba parte de las estructuras defensivas de este asentamiento prehistórico.
Tras un estudio visual y fotográfico de dichas formaciones, el profesor ha determinado que "utilizan el mismo sistema de la cantera del poblado" y que la pizarra presenta "los mismos petroglifos" o grabados en la piedra que las rocas de la cantera, por lo que entiende que están asociadas al mismo asentamiento.
"La datación, a falta de estudios arqueológicos en el poblado, sería la misma que la de éste, es decir, la Edad del Bronce Pleno", ha afirmado Fernández, quien ha indicado que, siguiendo dicha datación, "podemos estimar que esta cantera cuenta con una antigüedad de 3.700 años".
Según ha considerado, este descubrimiento "arroja mayor claridad sobre la importancia y extensión del poblado de El Espolón, que probablemente se extendía desde su ubicación hasta este lugar, distante unos 500 metros", al tiempo que puede ser "de vital importancia" para Sayalonga, "por cuanto puede servir de atracción a numerosos visitantes".
A juicio del profesor, la importancia de los restos hace necesario que el Ayuntamiento de la localidad "tome las medidas oportunas para su protección, comunicándose a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía la existencia del mismo para que sus técnicos puedan realizar un estudio con mayor detalle que les permita la inclusión en el Catálogo de Bienes Arqueológicos de Andalucía".
"Por otro lado, creo que es el momento oportuno para que se realicen las necesarias excavaciones en El Espolón, para lo cual el Ayuntamiento necesitaría recabar el permiso del propietario de los terrenos y de la Consejería de Cultura, y a lo largo de los próximos años realizar excavaciones que permitan el mejor conocimiento del poblado", ha agregado el historiador.
De igual forma, ha abogado por la puesta en valor de los restos, de modo que pueda permitirse su visita a cualquier persona que lo desee, y ha insistido en que su cercanía al casco histórico de Sayalonga "podría dinamizar la economía y el turismo local debido a los miles de visitantes que dicho conjunto arqueológico podría atraer".
EL POBLADO Y LA CANTERA
Según la información que maneja el profesor, la datación del poblado de El Espolón se sitúa en torno al año 1.700 antes de Cristo, en la Edad del Bronce Pleno y asociado a la cultura de El Argar, "con la cual los pobladores de El Espolón de Sayalonga podrían tener intensas relaciones".
"Habría que realizar excavaciones en la finca privada, en la cual se encuentra el poblado para poder avanzar con mayor detalle en el conocimiento de dicho asentamiento", ha reiterado Fernández, quien también ha ofrecido detalles sobre el sistema de trabajo que, a la vista de los restos existentes, se utilizaba en la cantera para cortar las losas de pizarra.
Así, ha afirmado que las piedras se cortaban al tamaño requerido mediante la realización de una serie de pequeñas hendiduras en las que se insertaban cuñas de madera, que eran cubiertas con ramas, hierbas y madera del entorno, siendo quemadas con posterioridad, de modo que, tras ser sometidas a altas temperaturas, las piedras se fracturaban en losas adecuadas al tamaño deseado.
Según Fernández, estas losas, "tal y como ocurre en el yacimiento de la Edad del Bronce Pleno de Castellón Alto, en Galera (Granada)", eran utilizadas para sellar las tumbas, que en esta cultura se encontraban junto a las casas o bajo ellas, "por lo cual podía ser muy útil poder tener una cantera tan cercana".