Elena Ruiz incide en la "especial vulnerabilidad" de la juventud y destaca el protocolo de actuación pionero en Andalucía
MÁLAGA, 13 Abr. (EUROPA PRESS) -
Todas las adolescentes que han sido atendidas en el Programa de Atención Psicológica a las Mujeres Menores de Edad Víctimas de Violencia de Género en Andalucía han sufrido ciberdelincuencia de género, es decir, a través de las redes sociales.
Así lo ha indicado la directora del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), Elena Ruiz, durante la inauguración de las I Jornadas G-CrimTech sobre Género, Redes sociales e Internet celebradas en la Universidad de Málaga (UMA).
En este sentido, ha indicado que este dato demuestra "la especial vulnerabilidad de la juventud ante esta nueva manifestación de la violencia de género, que, aunque afecta mujeres de todas las edades, es especialmente llamativa en la adolescencia, al usar las redes sociales como forma habitual de comunicación y relación".
Ruiz ha destacado la importancia de formar en el uso responsable de las redes sociales y de conocer la manera adecuada de actuar ante casos de ciberdelincuencia de género, tal y como ha hecho Andalucía, que "ha sido la primera comunidad autónoma en atender todas las especificidades de la ciberdelincuencia de género".
ANDALUCÍA, PIONERA ANTE LA CIBERDELINCUENCIA
Se ha puesto en marcha, de esta manera, un Protocolo de Actuación ante la Ciberdelincuencia de Género, dirigido a todo el personal del IAM y a los Centros Municipales de Información a la Mujer, así como a la red de acogida, con el fin de darles todas las pautas necesarias para atender de manera adecuada a las mujeres víctimas, sean o no adolescentes, que presentan síntomas de sufrir o haber sufrido este tipo de violencia digital.
El protocolo ha ido acompañado de la formación necesaria para que el personal tenga la cualificación adecuada para la detección de la ciberdelincuencia de género. Así, recoge, entre otros aspectos, los principales signos de alarma para detectar la ciberdelincuencia de género, que deben tener en cuenta tanto la víctima como el equipo profesional que la atiende.
Entre ellos, hay que "estar muy alerta" cuando el chico vigila los comentarios que hacen en las redes sociales sobre la pareja; cuando revisa las publicaciones y fotos de ella y las utiliza para hacer reproches; cuando le presiona para que dé de baja de su lista de contactos a personas que no son del agrado de él; cuando le exige compartir contraseñas y leer sus correos; cuando controla sus fotos; o cuando le insista para que le envíe fotos o videos comprometidos como prueba de amor.
El protocolo dedica un apartado muy amplio a las pautas que se deben dar a la usuaria para garantizar su seguridad informática: custodia de información, copias de seguridad, protección de la red wifi, consulta técnica ante geolocalizadores o aplicaciones espías, etcétera; y para recabar pruebas electrónicas que puedan servir en un juicio --imágenes, capturas de pantalla, wasaps, vídeos--, además de aportar estrategias terapéuticas adecuadas para paliar los efectos psicológicos del control y de las crisis de reputación a través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).
Junto a ello, el programa de atención psicológica para víctimas adolescentes, que presta atención especializada a las víctimas (previa autorización de sus tutores) y a sus familias, pone el foco en la prevención y la actuación ante la ciberdelincuencia de género. Desarrolla diversas jornadas de formación para profesionales del sector sanitario, educativo y de trabajo social para la detección temprana de maltrato en jóvenes, y ofrece una guía dirigida a las familias andaluzas.
La directora del IAM ha recordado que la Junta de Andalucía cuenta con programas de coeducación dirigido a todas las edades para el fomento de la igualdad y la prevención de la violencia de género, con una formación que promueve, entre otros aspectos, un uso responsable e igualitario de las redes sociales.