SEVILLA 5 Jul. (EUROPA PRESS) -
Andalucía, que ha aprovechado el cien por cien del aceite industrial recogido, consumió durante el año pasado 36.468 toneladas de aceites, un volumen que representa el 12,2 por ciento del total comercializados en España por las empresas fabricantes adheridas a Sigaus, por lo que Andalucía, tras Cataluña y Madrid, es la comunidad autónoma con mayor consumo de aceite industrial en España.
Según un comunicado de Sigaus, el sistema encargado de gestionar el aceite industrial usado en España, el aceite usado recogido durante el pasado año en Andalucía fue valorizado en su totalidad, cumpliendo así con el objetivo ecológico establecido por la normativa ambiental.
Una vez descontados los impropios detectados en el residuo, la cantidad neta finalmente gestionada y valorizada por parte de Sigaus fue de 17.990 toneladas. De esta cantidad neta, casi la totalidad del aceite usado se destinó a regeneración, tratamiento prioritario en la gestión de los aceites usados.
En total 15.890 toneladas regeneradas (el 88%) que permitieron devolver al mercado 10.583 toneladas de lubricantes, equiparable al 29 por ciento del consumo en esta comunidad. Además, este tratamiento hizo posible evitar la emisión a la atmósfera de 47.670 toneladas de CO2.
Así, en 2016, a través de la red de gestores que han realizado operaciones de gestión de aceites usados en el marco del sistema, se efectuaron 33.087 recogidas en 631 municipios andaluces, en los que se atendió a 12.958 establecimientos productores. En ellos se recogió una cantidad bruta de 23.266 toneladas de residuo, un volumen que contiene un cierto porcentaje de impropios (agua, lodos o partículas metálicas) y que en los centros de transferencia es analizado y sometido a un pre-tratamiento para eliminar las sustancias contaminantes y facilitar su gestión final.
Los talleres son en Andalucía la principal actividad generadora de aceite usado, representan el 58 por ciento de los puntos productores atendidos, un total de 7.512 establecimientos. En ellos se recuperaron durante el pasado año 10.712 toneladas de aceites usados, el 46 por ciento del volumen total recogido. Esto se debe a que se trata de un sector que destaca con claridad en esta comunidad por ser el que mayores cantidades de aceites lubricantes consume, el 65 por ciento de la cantidad total comercializada en esta región.
Los aceites industriales además de ser un producto que se utiliza principalmente en los sectores de la automoción y la industria, tienen presencia en otras actividades empresariales muy heterogéneas, como el transporte, la construcción, la agricultura, o cualquier actividad en la que se requiera el uso de compresores, turbinas o engranajes, y donde el uso de aceites lubricantes se utiliza para refrigerar, aislar o disminuir la fricción entre las piezas de las maquinarias.
Esta versatilidad hace que el residuo resultante del aceite tras su vida útil se genere de manera muy fragmentada y dispersa, tanto desde el punto de vista de los establecimientos productores como del territorio, lo que implica una recogida de gran complejidad logística. A ello se suma que el aceite industrial usado es un residuo altamente contaminante debido a la presencia de hidrocarburos, metales pesados y otras sustancias tóxicas en su composición, por lo que es precisa su correcta gestión para evitar sus efectos nocivos sobre la salud y el medio ambiente.
En términos territoriales, han destacado especialmente las operaciones de recogida en el medio rural, donde Sigaus prestó un servicio de gran capilaridad. Del total de municipios donde se recuperó aceite usado, casi tres cuartas partes (71%) fue en espacio rural, donde se ubican el 32 por ciento (4.141) de los productores totales atendidos.
En estos establecimientos se efectuaron 8.869 recogidas a lo largo del año, que suponen el 27 por ciento del total, con la recuperación de 6.400 toneladas de residuo. En estas zonas rurales, la recuperación del aceite usado tiene un importante valor añadido: además de los altos índices de fragmentación y dispersión del residuo que exige una operativa de recogida más compleja y costosa, es especialmente crucial por el riesgo ambiental que se evita, ya que la mayoría de espacios protegidos se encuentran en este medio.
La industria es la segunda actividad productora con mayor generación, constituye el once por ciento de los puntos productores atendidos, un total de 1.476 instalaciones en las que se recogieron 4.578 toneladas de aceites usados, el 20 por ciento de la cantidad total recogida. Además de en estos dos principales sectores generadores, Sigaus atendió la recogida de 7.976 toneladas de aceite usado en actividades tan diversas como el transporte, hostelería, agricultura, construcción o comercio, entre otras, en suma 3.970 puntos productores de muy diversa índole que de forma agregada representan el 31 por ciento del total de productores.
Por otro lado, si bien es cierto que el aceite usado es un residuo de naturaleza contaminante, conserva gran parte de los hidrocarburos del lubricante original, lo que permite un alto aprovechamiento de los mismos. Tanto el proceso de regeneración del aceite usado, con el que se obtiene una base lubricante apta para la fabricación de nuevos lubricantes, como la valorización energética, que aprovecha el poder calorífico del residuo (tras una previa descontaminación), son tratamientos que permiten valorizar el aceite usado recuperado convirtiéndolo en una fuente importante de materias primas para la fabricación de nuevos productos o la obtención de energía, evitando con ello recurrir al refino del petróleo para producir aceites lubricantes y fuel óleo, respectivamente.
Los aceites usados que no son aptos para ser regenerados, generalmente aceites utilizados en el sector industrial que contienen una alta cantidad de otras sustancias (agua y metales) que dificultan su regeneración, se tratan para su posterior valorización energética. El producto resultante, un combustible de uso industrial de características similares al fuel óleo, se utiliza frecuentemente en industrias con hornos que deben suministrar una gran cantidad de energía, como los que suele haber en papeleras, cementeras y otras industrias de materiales de construcción (cerámicas, yeso, áridos) o en centrales térmicas de cogeneración eléctrica. Durante el pasado año, las 2.100 toneladas destinadas a valorización energética permitieron la generación de una energía equivalente a 22,76 GWh, suficientes como para abastecer el consumo anual de 5.322 hogares de Andalucía.