SEVILLA 13 Oct. (EUROPA PRESS) -
Técnicos y operarios pertenecientes a la empresa adjudicataria de la primera fase de la restauración y rehabilitación de la Iglesia de Santa Catalina de Sevilla --centradas en la recuperación de las cubiertas de este templo gótico mudéjar-- han comenzado las labores previas con la entrada en el edificio para las mediciones pertinentes y la acumulación de material, según confirmaron a Europa Press fuentes del Arzobispado.
Los trabajos, que también implican la realización de los estudios técnicos necesarios para la intervención en el resto de elementos arquitectónicos, dan así comienzo después de que la comisión ejecutiva de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla concediera recientemente la licencia de obras necesaria para comenzar estos trabajos.
El proyecto fue adjudicado por la Archidiócesis a 'Construbell Arquitectura y Construcción S.L.' por aproximadamente 800.000 euros y un plazo de ejecución de ocho meses para restaurar las cubiertas de este templo enclavado en la calle Alhóndiga.
El Ayuntamiento compromete en esta primera fase una aportación de 705.000 euros, mientras que la Consejería de Cultura ha hecho lo propio hasta un total de 403.650 euros. Este presupuesto no sólo incluye la reparación de la cubierta, sino también la elaboración del proyecto técnico para la restauración integral interior y exterior del templo que se acometerá en una segunda fase.
DETALLES DE LA ACTUACIÓN
Las cubiertas presentan en la actualidad graves problemas de conservación, con filtraciones que han podrido los componentes de madera del interior de la iglesia y han producido deformaciones en muros. Las cubiertas del templo, en la actualidad, se encuentran protegidas mediante un entramado de chapa realizado en junio de 2005. Las tejas se retiraron y están apiladas en el interior del edificio para su recuperación, y también se quitó el material de relleno y morteros y se trató el tablero de madera de la cubierta, afectado por un ataque de termitas vivas.
La actuación prevista se centra en los faldones de la cubierta de la nave central y de las naves laterales (epístola y evangelio) hasta el comienzo del presbiterio, cuya cubierta fue restaurada en 1992. También se prevé el desmontaje de las cubiertas de tejado de las capillas y sacristía del lado del evangelio, y de los tejados de capilla y actual despacho del párroco, hacia el lado de la epístola y cabecera. La superficie total de las cubiertas afectadas asciende a 840 metros cuadrados.
La solución planteada consiste en la restauración de la cubierta y no en su sustitución al ser una pieza original de indudable valor patrimonial. Además, posee unas características ornamentales y tipológicas de mérito para su conservación. Al ser una armadura de pequeño tamaño, la presión a la que ha sido sometida durante siglos ha sido reducida, de ahí que las piezas más degradadas sean los estribos sobre los que se apoya. Por todo ello, se repararán y sustituirán los elementos más degradados y se conservarán todos aquellos que lo permitan.
Los autores del proyecto han planteado esta reparación de forma faseada, sin desmontar la armadura existente, a excepción de aquellos elementos que requieran su sustitución.
La Iglesia de Santa Catalina fue declarada monumento en 1912, por lo que es un Bien de Interés Cultural. El templo es, en sus elementos arquitectónicos originarios, un edificio de estilo gótico-mudéjar, con planta basilical de tres naves, separadas por arcos apuntados, y cubiertas de estructura de madera. Su configuración actual es el resultado de diversas intervenciones realizadas en los siglos XVI a XVIII, entre las que destaca el añadido de la Capilla Sacramental, obra del arquitecto Leonardo de Figueroa.
A comienzos del siglo XX se realizaron en ella obras de restauración integral, dirigidas por el arquitecto Juan Talavera y Heredia, y que culminaron con la instalación a los pies del templo de una fachada gótica procedente de la iglesia de Santa Lucía. A lo largo del siglo ha sido objeto de diversas intervenciones para resolver problemas puntuales, entre ellas la restauración de las cubiertas realizadas en la década de los años setenta por Rafael Manzano.