Dicen que American Geophysical Union ha "aceptado" analizar un estudio que apunta al agua como causa de los sismos, pero no lo respalda
JAÉN, 19 Mar. (EUROPA PRESS) -
El profesor del Departamento de Geología de la Universidad de Jaén (UJA) Mario Sánchez Gómez ha manifestado este martes que "no cree" que el agua sea la causa de los terremotos de baja magnitud que se vienen produciendo en la comarca jiennense de La Loma, al tiempo que ha señalado que el grupo de investigación 'Riesgo Sísmico y Tectónica Activa' de la UJA está investigando la posible relación de los seísmos con fallas que "no se conocían".
Así lo ha explicado a Europa Press tras conocerse que los investigadores Miguel de las Doblas (Instituto de Geociencias de Madrid; CSIC-UCM) y Antonio Aretxabala (Universidad de Navarra) "han visto respaldada por una de las más importantes instituciones geofísicas del mundo", la 'American Geophysical Union' (AGU), su hipótesis referida a que diversos mecanismos relacionados con el agua serían "responsables" de los sismos de La Loma.
Sin embargo, los expertos de la Universidad de Jaén "no creen" que la respuesta esté en el agua por la fecha en la que se han ido sucediendo, toda vez que, según los datos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), el llenado del pantano del Giribaile comenzó unas dos semanas con posterioridad al inicio de la serie sísmica. Además, ha destacado su "analogía con otras series sísmicas similares, próximas en el tiempo y espacio, y no tan próximas, como es el caso de Loja (Granada) y Mancha Real (Jaén)".
No obstante, ha reconocido que no pude descartarse dicha causa, pues "la sobrepresión de fluidos es una de las razones para desencadenar los sismos", pero, "que exista esa razón no significa que sea la respuesta al caso que nos ocupa". Así, Sánchez Gómez ha comentado que la institución universitaria a la que pertenece se inclina más por estudiar "la relación con fallas que no se conocían en la zona", aunque estos trabajos en el campo continuarán cuando cesen las precipitaciones, momento en que se darán a conocer los resultados.
Asimismo, el experto ha señalado respecto al hecho de que la AGU haya "respaldado" las teorías de Miguel de las Doblas (Instituto de Geociencias de Madrid; CSIC-UCM) y Antonio Aretxabala (Universidad de Navarra) que ello "no es cierto", precisando así que la hipótesis de estos estudiosos "ha sido aceptada para su análisis en un congreso que se va a celebrar".
Del mismo modo, ha querido aclarar que "tampoco es la primera vez que en España se contempla el fenómeno de la hidrosismicidad y la relación con el ciclo del agua". De hecho, ha recordado Sánchez Gómez, "se llevaron a cabo varios trabajos en la presa de Tous, en Valencia, donde se habló de hidrosismicidad", si bien "se observa que no tiene que ver con la sismicidad que se produce en la comarca de La Loma".
Al hilo, ha reiterado que se trata de una "evolución típica de una serie sísmica normal que no es lo más habitual, pero que al mismo tiempo es un proceso natural" como las conocidas en algunos puntos del sur de la Península Ibérica, siendo el caso de la serie sísmica que hubo en Arquillos el pasado año con características "muy similares", ha indicado.
CONTRIBUCIÓN CIENTÍFICA
Aretxabala manifestaba este lunes en un comunicado que la referida institución científica estadounidense "acaba de reconocer la contribución científica" de ambos expertos, "donde por primera vez en España se contempla el fenómeno de la hidrosismicidad". Se reconoce, por tanto, "las relaciones causa/efecto entre la dinámica del ciclo del agua y la sismicidad", algo que España "aún no se había estudiado".
En este trabajo pionero titulado 'The 2012/2013 seismic crisis of Jaen, Spain: a working hypothesis involving hydroseismicity' que será presentado en el Congreso Anual de la American Geophysical Union (Cancún, 14-17 de Mayo, 'Meeting of the Americas') sientan por primera vez en territorio español un precedente similar a otros ya estudiados en Alemania, Francia, Italia, EEUU, la India o Brasil.
Según añaden, ponen en el punto de mira el papel fundamental jugado por la acusada sequía del pasado verano acompañada de unas formidables extracciones de agua y seguidas repentinamente por las históricas precipitaciones que llevan asolando esta comarca desde septiembre.