CÓRDOBA 24 Abr. (EUROPA PRESS) -
La perspectiva de género es un elemento secundario cuando se hace periodismo en zona de guerra, según han sostenido las reporteras Maruja Torres, Mónica García Prieto y Mónica Bernabé, y redactor Gervasio Sánchez en el congreso 'Córdoba, ciudad de encuentro y diálogo', organizado por la Cátedra Unesco de Resolución de Conflictos de la Universidad de Córdoba (UCO), y han señalado que "las mujeres son las principales víctimas en un conflicto armado".
Según ha indicado la Universidad de Córdoba en una nota, la periodista Maruja Torres se ha preguntado si "es necesaria la perspectiva de género", a lo que ha respondido que "es necesaria la información".
Mónica García Prieto, que ha cubierto algunos de los conflictos más cruentos de los últimos años, ha respaldado la opinión de su predecesora. "No hay diferencia entre ser hombre o mujer en las zonas de guerra. Hay que saber ver y saber interpretar. Tener mucho 'background' y contarlo bien", ha subrayado como elementos fundamentales a la hora de trabajar como periodista en los puntos calientes del planeta.
Por su parte, Mónica Bernabé, experimentada reportera en Afganistán, ha apoyado el punto de vista de las anteriores. "No me planteo si escribo con perspectiva de género", pues "po importante es hacer un buen trabajo", ha afirmado.
Similar consideración ha explicado Gervasio Sánchez, periodista cordobés con décadas de oficio en los frentes más cruentos de la geografía mundial. "He conocido a hombres y mujeres que hacen muy mal su trabajo", ha dicho Sánchez, quien ha puntualizado que cuando empezó "apenas había mujeres y los mejores reportajes fueron firmados por ellas".
"En Afganistán, como en cualquier otro país de cultura patriarcal, existe el riesgo de sufrir abusos sexuales", ha asegurado Mónica Bernabé, algo que ha corroborado García Prieto, quien ha añadido que "las mujeres son las principales víctimas de un conflicto armado".
Según han explicado, la eventualidad de un ataque machista no únicamente proviene de la población local, sino también de las fuerzas desplazadas. Las dos periodistas han trabajado empotradas en el ejército estadounidense y han reconocido que debían "extremar su cautela en las bases militares atestadas de jóvenes". "Las mujeres marines llevaban un cuchillo para defenderse por la noche", ha relatado García Prieto.
"Las situaciones más peligrosas que he vivido han sido siempre por militares", ha remarcado Maruja Torres, que ha dicho que "son la quintaesencia del machismo".
Gervasio Sánchez ha recordado que la violación no fue consignada como crimen de guerra por la ONU hasta 2006. "La mayor parte de este tipo de crímenes quedan en la impunidad", ha lamentado, a la vez que ha asegurado que "intercambiar comida por sexo está a la orden del día".
Los cuatro periodistas narraron sus dilatadas experiencias en las guerras que convulsionan el mundo, desde Siria a Irak, pasando por Ruanda o Bosnia. Gervasio Sánchez ha recordado el "gigantesco genocidio" que liquidó la vida de casi un millón de tutsis y hutus en los años noventa, y la vulnerabilidad de las mujeres y las niñas cuando la violencia se desata. "Los niños se convierten en soldados; las niñas son violadas", ha precisado. Aunque también ha afirmado que ha visto cómo muchas mujeres en el país africano ejercieron de instructoras de combatientes y señalaban a víctimas propiciatorias de los crímenes.
Todas ellas han sido testigos de lo peor del ser humano y se han mostrado escépticas sobre la naturaleza violenta de la humanidad. "El ser humano puede llegar a ser terrible bajo presión. Somos cavernícolas con 'smartphone'", ha señalado García Prieto, a lo que Maruja Torres ha agregado que "somos el corazón de las tinieblas".