Josep María Gili aboga por "informar" de su presencia y señala que "si la picadura se aborda a nivel de playa, el 99% de los casos se solucionan"
SEVILLA, 13 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un año donde el invierno y la primavera, por lo general, han sido "poco lluviosos", como sucede en este 2012, provoca la aparición de medusas en las costas andaluzas, llegando incluso a cerrar al baño la playa de Palmones, en Los Barrios (Cádiz), por la presencia "masiva" de estas especies de cnidarios, según ha explicado el biólogo marino Josep María Gili, quien ha comentado que esta presencia era "esperada" por las condiciones climáticas del año.
Este investigador del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha precisado en declaraciones a Europa Press que en el Mediterráneo, "un año como este 2012", era "esperada" la presencia de medusas por las características climáticas del invierno y la primavera, estaciones "poco lluviosas".
En este sentido, ha indicado que en la serie de lo últimos 20 años, "cada seis o siete, de media, se dan factores climáticos que hacen más probable que un año o dos existan más medusas". "Los inviernos poco lluviosos, igual que las primaveras, provocan que las condiciones del agua costera sean muy favorables para que los vientos de dirección mar a tierra traigan agua de mar abierto y más medusas", ha precisado.
Por contra, un invierno y primavera de precipitaciones "normales" hace que las aguas costeras en verano estén "menos salinas y frescas" frente a las de mar abierto que "tiene el sol todo el año". En estas circunstancias, indica que "cuando sopla de mar a tierra en verano, las aguas tienen más dificultades para mezclarse y las posibilidades de que las medusas lleguen a las costas son menores".
Así, Gili, que ha dirigido más de 30 proyectos de investigación y publicado unos 200 artículos científicos, insiste en que cuando hay menos lluvia durante el año, las aguas costeras son "más cálidas de lo habitual", por lo que "las aguas oceánicas se mezclan sin problemas con las costeras y la llegada de medusas son más probables".
En verano, añade, "las aguas costeras se calientan y son muy parecidas a las aguas oceánicas, aumentando las probabilidades de aparición de medusas de mar abierto en la costa". En este sentido, ha apuntado que unas condiciones similares a las de este año se dieron en 2006 y 2007, cuando se detectaron "muchos ejemplares de estas especies".
Este fenómeno, que se reproduce "cada seis o siete años" y "no ha sido más de una semana", se registra a principios del mes de julio, "cuando las aguas costeras alcanza más temperatura". "Es un fenómeno de influencia climática anual", ha resaltado.
No obstante, aclara de la llegada masivas de medusas depende de "otros factores ecológicos" como la falta de depredadores, las temperaturas o la falta de competidores por alimentos.
"NO SON LAS MÁS PELIGROSAS, PERO SÍ ESTROPEAN EL VERANO"
Por otro lado, Josep María Gili ha asegurado que "en el Mediterráneo no tenemos medusas que puedan causar mortalidad, pues no son las más peligrosas del mundo, pero sí pueden estropear un verano".
En este sentido, precisa que "no son peligrosas en la primera picadura, pero sí pueden serlo si a la misma persona le pica dos veces en el mismo verano. "Entonces hay que tomar medidas importantes", ha subrayado. Además, ha explicado que la picadura depende de "la persona y de la cantidad de veneno inyectada en la piel".
"Si el problema se aborda a nivel de playa, el 99 por ciento de los casos se soluciona de forma normal", ha señalado el biólogo marino. En esta línea, ha considerado que lo "más importante" es la información que se de este fenómeno que existe "pero se puede abordar". "Cuando haya medusas en la playa, nos vamos a la piscina", ha bromeado.
MEDIDAS MUNICIPALES
De otro lado, ha resaltado que existen medidas para reducir el impacto del problema. Así, ha apuntado que "vale la pena" sacar las medusas del agua cuando éstas se encuentran a menos de cien metros de la costa, es decir, en la zona de baño, por lo que insta a las entidades locales a que actúen, pues las medusas, "que vienen a morir a la arena", "aún muertas, los tentáculos pican".
Por otro lado, Gili ha advertido de que "los recortes también están llegando a los estudios que el Ministerio de Medio Ambiente realizaba sobre las medusas". Así, el último 'Plan Medusa' para la mayoría de las zonas costeras nacionales fue en 2010, mientras en Cataluña se canceló "este año".
Por último, el biólogo, nacido en Mollerussa (Lleida), recomienda "abusar de las cremas solares, que además de proteger del sol, es la mejor manera de prevenir los efectos de las picaduras".
Por su parte, Laura Prieto, investigadora del Grupo Oceanografía de Ecosistemas del departamento de Ecología y Gestión Costera del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía del CSIC, señala en declaraciones a Europa Press que el cambio climático lleva consigo una serie de efectos en los ecosistemas marinos, pero "no se puede generalizar cómo incide en las medusas porque es un grupo de organismos muy variado".