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SEVILLA, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -
La familia de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) fallecida el pasado día 14 de diciembre de 2013 murió después de inhalar fosfina --un derivado de un plaguicida "muy tóxico" denominado fosfuro de aluminio-- procedente de unos tapones de envases que la familia almacenaba en un cuarto de baño de la vivienda.
En este sentido, fuentes del caso han informado a Europa Press de que el Instituto Nacional de Toxicología ha entregado al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Alcalá de Guadaíra su informe definitivo sobre la causa de la muerte del matrimonio compuesto por Enrique Caño, de 61 años de edad, y Concepción Bautista, de 50 años, y una hija de 14 años.
Las fuentes consultadas han apuntado que, según este informe definitivo, la familia falleció "de manera accidental" tras inhalar fosfina procedente de tapones de envases que almacenaban en la bañera del domicilio.
Según las fuentes, la familia guardaba en el baño "sacas con gran cantidad de tapones" de envases, algunos de ellos de fosfuro de aluminio, señalando que "en la base del saco se habían acumulado los tapones con restos" del plaguicida mencionado.
El profesor de Toxicología de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla, Guillermo Repetto, ya dijo que la sustancia referida es "mortal" y señaló que, en contacto con la humedad, desprende una sustancia tóxica llamada fosfina.
Según Repetto, esta sustancia es un gas que provoca la muerte de la persona por inhalación "a las pocas horas" de estar expuesta al mismo.
En cuanto a la sintomatología, afirmó que puede confundirse con un problema alimentario, ya que provoca "vómitos y diarreas". Asimismo, añadió que, pasado un tiempo, a estos síntomas se le suman otros como "alteraciones sensoriales" basadas en la pérdida de visión y audición, concluyendo en una parada cardiorrespiratoria.
LOS HECHOS
Hay que recordar que la única superviviente fue una hija del matrimonio, de 13 años de edad, que fue explorada --es decir, prestó declaración judicial-- hace varias semanas en una comparecencia en la que no aportó ningún dato relevante para la causa, relatando lo que cenaron la fatídica noche. Así, ella cenó un bocadillo de jamón mientras los fallecidos comieron cazón en adobo y flamenquines.
El centro coordinador de Urgencias y Emergencias Sanitarias de Sevilla tuvo constancia del suceso a las 2,55 horas del día 14 de diciembre, cuando recibió una llamada procedente del domicilio de esta familia en la que se solicitaba asistencia por un cuadro de náuseas y vómitos.
Desde el centro coordinador se envió un Equipo Móvil del Dispositivo de Cuidados Críticos de Urgencias de Alcalá de Guadaíra, compuesto por un medico, un enfermero y un conductor, quienes atendieron a todos los miembros de la familia en el lugar.
A las 09,09 horas, el centro coordinador de urgencias y emergencias de Sevilla atendió una nueva llamada en la que se solicitaba asistencia sanitaria desde el mismo domicilio debido a un agravamiento de los síntomas. Tras esto, se envió nuevamente un Equipo Móvil del Dispositivo de Cuidados Críticos y Urgencias que, al llegar al lugar, encontró a dos adultos en estado grave y a una niña de 14 años en parada cardiorrespiratoria, que finalmente fallecieron.