SEVILLA 29 Dic. (EUROPA PRESS) -
Una investigación científica publicada en la revista internacional Journal of World Prehistory sostiene que los vestigios prehistóricos que pueblan el entorno de Valencina de la Concepción y Castilleja de Guzmán, en la provincia de Sevilla, derivan de un asentamiento humano de carácter "ritual" o ceremonial y no de tipo "urbano". Según esta investigación, no está claro que la zona fuese la "residencia permanente de un gran contingente demográfico", apostando mejor por que se tratase de "un lugar de reunión y rituales".
Hablamos de las 780 hectáreas de los términos municipales de Valencina de la Concepción y Castilleja de Guzmán protegidas como zona arqueológica, a cuenta de los múltiples vestigios históricos que atesora este entorno de la comarca del Aljarafe. La mayoría de tales restos arqueológicos pertenecen a la Edad del Cobre, con los dólmenes de La Pastora, Matarrubilla, Ontiveros y de Montelirio como máximos exponentes.
No obstante, la zona está poblada por muchos otros activos patrimoniales, como por ejemplo los múltiples vestigios calcolíticos descubiertos en el plan parcial número cuatro de Castilleja de Guzmán, junto al dolmen de Montelirio, o las tres tumbas halladas en 2015 en Valencina con motivo de la construcción de un carril bici que conecta ambos municipios, también legado de la antigua cultura de la Edad del Cobre.
En ese sentido, un estudio publicado recientemente en la revista científica Journal of World Prehistory expone que con una extensión calculada de unas 450 hectáreas, el asentamiento calcolítico de Valencina y Castilleja de Guzmán "es de lejos el mayor asentamiento de la Edad del Cobre" en toda la Península Ibérica y "posiblemente uno de los mayores de Europa occidental en la Prehistoria tardía".
"EL MEGA ENCLAVE DE VALENCINA"
Se trata, en concreto, de un estudio realizado por el arqueólogo sevillano Leonardo García Sanjuán junto a los británicos Chris Scarre y David S. Wheatley, y titulado "El mega enclave de Valencina de la Concepción". Este informe, recogido por Europa Press, profundiza especialmente en la "forma, monumentalidad y conjunto" del asentamiento calcolítico de Valencina y Castilleja de Guzmán, partiendo de la escala del mismo.
En ese sentido, el informe recuerda que las investigaciones científicas realizadas en los aledaños del dolmen de Montelirio, descubierto en 1998 en Castilleja de Guzmán y aún pendiente de recuperación, pusieron de relieve que el subsuelo que rodea al citado monumento funerario contiene unas 134 posibles estructuras o "depósitos prehistóricos".
Una extrapolación de tal extremo al conjunto completo del asentamiento, según advierte el estudio de Leonardo García Sanjuán, Chris Scarre y David S. Wheatley, induciría a pensar que la zona arqueológica de Valencina y Castilleja podría albergar un máximo de "40.000 estructuras" o vestigios prehistóricos.
Sin embargo, los autores de esta investigación son partidarios de no extraer "correlaciones simplistas entre el tamaño del enclave y las dimensiones de su población residente, ni entre su forma y la naturaleza de las prácticas sociales que condujeron" a la conformación de este asentamiento.
Y es que como señalan estos arqueólogos en su estudio, "la única arquitectura de piedra conocida en este espacio son los monumentos megalíticos, todos con mayor o menor asociación con prácticas funerarias", toda vez que al margen de los dólmenes, "la inmensa mayoría" de los vestigios de carácter constructivo descubiertos en la zona corresponden a "meros hoyos" o "zanjas".
Al respecto, los autores del informe consideran que pese a que tales vestigios hayan sido "interpretados a veces como parte de estructuras domésticas o residenciales", resulta cuestionable la "comprensión de la organización espacial de Valencina" como una "villa" prehistórica con un área doméstica, productiva y residencial al norte y una "necrópolis" al sur.
"LA OCUPACIÓN HUMANA NO PARECE HABER SIDO CONSTANTE"
Porque según defienden estos arqueólogos, los restos "humanos" descubiertos en la zona no se circunscriben a la zona sur del entorno arqueológico, sino que han sido descubiertos en diferentes lugares del área correspondiente al asentamiento calcolítico. Además, los promotores de esta teoría avisan de la "ausencia" de vestigios "sustanciales" de arquitectura doméstica, así como la circunstancia de que "en varios sectores" de la zona arqueológica "la ocupación humana no parece haber sido constante durante la Edad del Cobre".
Por eso, Leonardo García Sanjuán, Chris Scarre y David S. Wheatley no ven "claro" que los vestigios prehistóricos de Valencina y Castilleja de Guzmán sean fruto de la "residencia permanente de un gran contingente demográfico" y sostienen que pese a su "escala", este asentamiento "no puede ser considerado como una instancia de procesos globales de proto urbanismo".
Para estos investigadores, "las evidencias" arrojadas por los múltiples descubrimientos y estudios inducen a pensar que los vestigios arqueológicos de Valencina y Castilleja de Guzmán corresponden a "cambiantes ocupaciones ocasionales o estacionales" de la zona, más que a una "densa ocupación permanente". "Puede haber sido un lugar de reunión, demostraciones competitivas y rituales", consideran los autores de este estudio, que no encuentran aspectos que sugieran un carácter "urbano" de este entorno durante la Edad del Cobre