SEVILLA 19 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los investigadores de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) Eduardo Narbona y Marisa Buide, junto a investigadores de la Universidad de Sevilla (US), han realizado un estudio, publicado en la revista internacional 'Frontiers in Ecology and Evolution', cuyo objetivo ha sido el de comprobar si los polinizadores perciben de forma diferencial los colores de las flores producidos por los distintos grupos de pigmentos.
En el contexto actual de crisis de polinizadores a nivel mundial como consecuencia de los efectos del cambio climático, conocer cómo estos animales se sienten atraídos hacia las flores es "crucial" para comprender las interacciones planta-polinizador, y el color, fruto de la acumulación de pigmentos, es uno de los principales reclamos que tienen las flores para los polinizadores, ha señalado la institución académica este viernes en una nota de prensa.
"Los resultados del estudio indican que los polinizadores pueden diferenciar muy bien colores producidos por distintos pigmentos", ha explicado Eduardo Narbona profesor del Área de Botánica de la UPO y autor principal del estudio, quien ha añadido que "incluso flores que para el ser humano presentan el mismo color (por ejemplo, el amarillo), ellos pueden percibirlas de forma diferente debido a los pigmentos que absorben y reflejan la radiación ultravioleta, que nosotros no podemos percibir". El resultado más novedoso del estudio es que el tipo de pigmento más abundante en las flores, las antocianinas, no son los pigmentos más llamativos para estos animales.
"En nuestro estudio, hemos caracterizado el color de las flores mediante reflectancia espectral (análisis de la luz reflejada) y hemos calculado lo llamativo que es este color para los polinizadores en 123 plantas", ha abundado Narbona. Estas especies contenían en sus flores uno de los grupos de pigmentos más frecuentes: clorofilas, carotenoides y flavonoides. Las clorofilas producen coloraciones verdes en las flores mientras que los carotenoides producen principalmente coloraciones amarillas, como, por ejemplo, las flores de girasoles y narcisos amarillos.
Los flavonoides son un grupo muy amplio y se clasificaron posteriormente en flavonoides con absorción ultravioleta (presentes en flores blancas), auronas-chalconas (coloraciones amarillas y cremas) y cuatro tipos de antocianinas (cianidinas, pelargonidinas, delfinidinas y malvidinas; coloraciones rosas, rojas, azules y purpuras, respectivamente).
Las antocianinas son el grupo de pigmentos más diverso y frecuentes en las flores y están presentes en flores como rosas, malvas, claveles, petunias, dalias, azafranes y amapolas. Las antocianinas también están presentes en frutos rojos como arándanos, frambuesas y moras y se ha demostrado que su capacidad antioxidante es beneficiosa para el ser humano.
"Nuestros resultados indican que las flores con clorofilas, carotenoides, flavonoides con absorción ultravioleta, auronas-chalconas o antocianinas ocupaban diferentes zonas en los modelos de visión de color de los polinizadores, lo que significa que flores con distintos pigmentos son percibidas como colores distintos por los polinizadores. Esto se debe a que estos animales tienen en general un sistema de visión que les permite diferenciar muy bien la gama de colores que se dan en las flores", ha argumentado el investigador de la UPO.
Sin embargo, los cuatro tipos de antocianinas, que para el ser humano producen coloraciones muy distintas como azul o rojo, producen colores muy similares para las abejas, moscas y mariposas. La excepción se encuentra en los colores rojos producidos por las pelargonidias, los cuales son mejor percibidos por la aves pero no por el resto de polinizadores.
Por otra parte, las flores amarillas que contenían auronas, chalconas o carotenoides mostraron valores más altos de contraste cromático (visibilidad respecto al fondo verde de las hojas) que las flores rosas, rojas, azules o purpuras que contenían antocianinas. Este resultado es sorprendente, ya que las antocianinas es el grupo de pigmentos más frecuentes en las plantas con flores, de hecho, se estima que aproximadamente un 40% de las plantas polinizadas por animales, unas 125 000 especies, poseen estos pigmentos florales. Es decir, los pigmentos florales más abundantes no serían los más llamativos.
"Nuestros resultados sugieren que deben existir otras causas que hayan favorecido la gran frecuencia de las antocianinas en las flores. Esto es, además de los polinizadores, parece que hay otros factores que entran en juego para explicar la abundancia de estos pigmentos. De hecho, investigaciones recientes indican que las antocianinas protegen a las plantas frente a factores ambientales estresantes como la alta radiación solar, temperaturas extremas o sequía, lo que ha podido desempeñar un papel importante en el éxito y la distribución de las antocianinas en las flores", ha concluido el investigador.