Foto: EUROPA PRESS/UNIVERSIDAD DE SEVILLA
SEVILLA, 9 Abr. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del grupo de investigación 'Geografía Física Aplicada y Patrimonio' de la Universidad de Sevilla (US) han descubierto testimonios paleontológicos de presencia de grandes animales herbívoros, en concreto elefantes e hipopótamos, en la ribera del Guadalquivir durante el Pleistoceno Medio (780.000 a.C.-120.000 a.C.).
Los trabajos desarrollados en el término municipal de La Rinconada (Sevilla) han permitido recuperar restos óseos y dentarios de estos animales, entre ellos dos fragmentos de canino inferior derecho y uno del inferior izquierdo de hipopótamo, cuyas dimensiones lo convierten en el mayor encontrado hasta la fecha y que permiten deducir que se trataba de un animal de un tamaño muy superior a los actuales, ha explicado la Hispalense en un comunicado.
También se ha sacado a la luz una cadera, un fémur y varias vértebras de elefantes, así como otros restos de caballos y uros (variedad salvaje del toro, ya extinguido).
Este grupo de investigadores, dirigidos por el profesor de Geografía Física de la US Rafael Baena, ha llegado a esta conclusión tras desarrollar una intensa labor de investigación sobre el patrimonio arqueológico y paleontológico presente en La Rinconada. Su estudio se ha centrado en el periodo Cuaternario aluvial del río que se extiende por todo el municipio en forma de terrazas.
Los trabajos de campo se han desarrollado en los terrenos de la finca Hacienda La Cabaña, en el entorno de Las Jarillas, donde las labores de extracción de áridos para la construcción han permitido el acceso a números perfiles estratigráficos, facilitando de esta forma el estudio de materiales y tipo de ambiente sedimentario del Guadalquivir durante el periodo estudiado.
PRESENCIA HUMANA
Además, este grupo de investigadores de la US han descubierto testimonios paleontológicos asociados a la presencia humana, constatada por la numerosa industria de piedra detectada, en el municipio sevillano de La Rinconada en momentos templados y húmedos del Pleistoceno Medio (entre 380.000 y 450.000 años), conviviendo con la fauna.
Estos trabajos de investigación han permitido también introducir una mayor antigüedad de la conocida hasta ahora en la secuencia general del Guadalquivir (entre 120.000 y más de 400.000 años) al analizar los sedimentos de la terraza de Jarillas, la industria de herramientas de piedra en el Paleolítico inferior y los restos de macrofauna asociada.
Además, se han encontrado tres grandes conjuntos de herramientas de piedra talladas por el hombre que suman más de 750 piezas extraídas de los sedimentos, lo que convierten esta localización en la más importante de las estudiadas en una cuenca antigua del Valle del Guadalquivir y equiparando su antigüedad a otros yacimientos peninsulares, como el del Tajo, y europeos, como los del Sena, Somme o Wipper, entre otros.
Este trabajo, coordinado por el profesor Rafael Baena, ha contado también con la participación de los investigadores del grupo 'Geografía Física Aplicada y Patrimonio' de la Universidad de Sevilla José Juan Fernández Caro, Inmaculada Guerrero y José Carlos Posada.