Chamizo asegura que "tan víctima es la mujer como los hijos, bien por sufrir agresiones o por ser testigos de casos de violencia"
SEVILLA, 14 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un total de 5.161 de hijos de víctimas de violencia de género han sido atendidos en Andalucía entre 2008 y el primero trimestre de 2012, un número que supera el de mujeres víctimas que en este mismo periodo asciende a 4.718, según el informe 'Menores expuestos a violencia de género: Víctimas con identidad propia', que este viernes ha presentado el Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, al presidente del Parlamento de Andalucía, Manuel Gracia.
El total de personas beneficiarias de los recursos utilizados por las Administraciones públicas, en este caso, casas de acogida, centros de emergencias y pisos tutelados, se eleva a 9.916, entre las que se incluyen algunas personas que aun no siendo hijos o hijas de las mujeres víctimas, generalmente ascendientes, se encontraban a su cargo en el momento de ser atendidas.
Chamizo, en rueda de prensa posterior, ha señalado que la violencia de género no afecta "sólo a las mujeres, sino también a los niños que crecen en un ambiente destructivo y con modelos de conductas negativos". "Tan víctima es la mujer como los hijos, bien por sufrir también agresiones o por ser testigos de casos de violencia", ha subrayado el Defensor del Pueblo Andaluz, que ha resaltado que el objetivo del informe es hacer ver a la sociedad y, especialmente, a los poderes públicos, que estos menores "son también víctimas y merecen una atención especializada".
En este sentido, ha indicado que, según la 'Macroencuesta de Violencia de Género 2011' del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), de las 8.000 mujeres consultadas en España, el 21,6 por ciento afirma haber sido objeto de violencia de género. El 7,8 por ciento de las mujeres encuestadas alega la existencia de algún episodio de violencia en el último año.
Tomando como referencia el último año, el 65 por ciento de las mujeres encuestadas tenían a su cargo hijos menores de 18 años cuando fueron maltratadas por su pareja. Las mujeres que ha salido de la violencia y que tenía menores a su cargo cuando dicha agresión se producía es del 62,9 por ciento.
Según el Padrón Municipal a fecha de 1 de enero de 2010 y extrapolando datos anteriores, casi 2.800.000 de personas eran menores cuando estaban expuestas a la situación de violencia que vivía su madre en España. De ellas, casi 840.000 son hijos menores de edad de mujeres que han sufrido maltrato en el último año. Además, el 54,7 por ciento de las mujeres indican que los menores sufrieron directamente algún agresión.
EL 33,87% SON EXTRANJEROS
Volviendo al ámbito andaluz, entre el 2008 y el primer trimestre de 2012, 5.161 hijos de estas víctimas fueron atendidas. Así en 2008 fueron 1.182; en 2009 (1.248); en 2010 (1.237); en 2011 (1.225); y en el primer trimestre de este año, 369 menores.
Por provincias, desde 2008 hasta el primer trimestre de 2012, en Almería fueron atendidos 381 hijos de mujeres víctimas de violencia de género; en Cádiz, 654 menores; en Córdoba, 610; en Granada, 768; en Huelva, 396; en Jaén, 638; en Málaga, 707; y en Sevilla, 1.007 menores fueron atendidos durante este periodo.
Como otros datos de interés, 3.413 de los 5.161 menores atendidos en Andalucía eran de nacionalidad española y el 33,87 por ciento eran extranjeros. La edad media de los menores acogidos es de cuatro a nueve años, con el 38,87 por ciento. No obstante, el 69,18 por ciento eran menores de nueve años.
Chamizo ha indicado algunas de las cuestiones que se desprenden del análisis del informe y que son importantes para alcanzar el fin marcado, una mejor atención al menor víctima de violencia. "La violencia de género es una forma de maltrato infantil hacia las personas menores, bien porque éstas hayan sufrido directamente las agresiones de la misma manera que sus madres o por ser testigos de un comportamiento violento en el seno familiar".
Los efectos de la violencia de género sobre los menores dependerá de la intensidad en la persona que la vive, en función de factores personales como la edad, la vulnerabilidad de la persona, o si son niños con discapacidad. Es cierto, según apunta, que no todos muestran síntomas de esta patología. En este momento aparece el fenómeno llamado resiliencia, que es la capacidad del individuo de defenderse de una situación hostil. Este fenómeno, combinado con factores como la autoestima, humor, la creatividad o el éxito escolar, puede paliar las consecuencias de una violencia que afecta a menores hijos de mujeres víctimas.
Otra de las consecuencias que se presenta a largo plazo en la vida de estos hijos es la transmisión transgeneracional de la violencia, esto es, un niño que vive en un hogar violento se convierta a la larga en una persona en una persona violenta, o, por el contrario, adopte el rol materno y presente actitud de insumisión.
De otro lado, Chamizo ha señalado que los menores expuestos a esta violencia de género y siguiendo la doctrina del Tribunal Supremo deben ser oídos cuando se aborde determinadas cuestiones que afecten a la relación del menor con el agresor como el derecho de visita o el régimen de custodia. En este sentido, ha comentado que las relaciones entre el maltratador y los hijos de las víctimas son "muy complicadas", pues puede estar condenada por maltrato y al mismo tiempo tiene derecho de visitas a los hijos. "Sin decir que tienen que hacer los tribunales, si deben tener en cuenta estas circunstancias", ha afirmado.
Sobre el síndrome de alineación parental, un concepto "polémico", Chamizo ha apuntado que hay menores que siente aversión hacia el progenitor con el que no convive, problemas que afloran cuando se ejecuta el régimen de visitas que deciden los juzgados. En este sentido, advierte de que "el rechazo nada tiene que ver con la actitud del progenitor custodio, sino con el comportamiento actual o anterior del que no tiene la custodia".
Por otro lado, ha planteado que la presencia de los hijos de víctimas de violencia de género como testigos, si no se cuida, puede provocar lo que se conoce como "victimización secundaria".
ATENCIÓN "MÁS PERSONALIZADA"
El Defensor del Pueblo ha mostrado su "especial preocupación" de la situación de menores huérfanos por violencia de género, situaciones de "las más duras y difíciles de abordar". En este caso, aboga por tratamientos "personalizados" y "fuertes" de psicólogos y psiquiatras. Ante esto, solicita analizar los puntos de encuentro familiar y una regulación de éstos en caso de menores de violencia de género.
Por otro lado, Chamizo ha expresado algunas conclusiones del informe como la falta de datos que permiten conocer la verdadera entidad del problema, el interés superior del menor como principio que debe llevar todas las actuaciones en estos casos, la insuficiente intervención con menores hijos de víctimas, potenciar acciones de investigación, sensibilización, información y prevención como instrumentos para erradicar la violencia, y, por último, fomentar una coordinación eficiente y eficaz entre administraciones para atender a estos menores. "Hay que avanzar hacia una mayor atención más personalizada para con los menores", ha reiterado.
Chamizo ha señalado que la situación de estos menores es una realidad que "no se tenía en cuenta". En este sentido, ha apuntado que en el caso de los niños Ruth y José, "presuntamente el padre los mata para hacer daño a la madre", evidenciando "hasta que punto son víctimas los hijos".
Por último, el Defensor ha reconocido que la crisis también influye en el aumento de niños víctimas de violencia familiar, pues la economía era "el amortiguador de conflictos" en el hogar. "La sociedad se ha basado excesivamente en lo económico abandonando otros factores como los sentimientos", concluye.