SEVILLA 4 Dic. (EUROPA PRESS) -
El profesor contratado doctor Víctor Molina Romo, que ejerce su labor en el Departamento de Química Física de la Universidad de Sevilla (US), ha iniciado una recogida de firmas en el portal digital change.org en el que se reclama la revisión de los nuevos criterios de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca) para los docentes universitarios.
En el manifiesto, consultado por Europa Press, Molina expone que las condiciones laborales en las que el profesorado universitario en España viene desarrollando su labor "no han dejado de deteriorarse progresivamente desde hace años", habiendo supuesto la crisis económica un aumento "espectacular" de la precarización en la contratación de profesorado, "pudiendo encontrar a profesores que imparten docencia a tiempo completo, y además desarrollan labores investigadoras, por algo menos de 1.000 euros al mes".
"La situación de los profesores asociados a tiempo parcial, que por unos pocos cientos de euros se dejan la piel en las aulas, ha llegado incluso a los tribunales. La crisis ha golpeado también duramente a los jóvenes investigadores que apenas encuentran posibilidades de desarrollar su carrera, su vocación y su talento, en España: a todo esto hay que sumar la drástica reducción en los presupuestos dedicados a investigación y proyectos en las universidades públicas durante los últimos años", señala.
En este marco se produce la publicación reciente de los criterios de la Aneca para obtener la nueva acreditación que permite el acceso a las figuras de profesorado funcionario (profesor titular o catedrático de universidad), "única figura funcionarial que precisa no sólo superar una oposición para obtener su plaza sino, además, pasar un 'filtro de calidad' previo con unos requisitos bastante exigentes, la denominada acreditación".
A mediados de noviembre, y tras casi un año con el sistema de acreditación cerrado y sin admitir solicitudes, la agencia publicó los nuevos criterios para obtener la acreditación, más específicos según las áreas de conocimiento, "que han supuesto un escándalo y han creado una enorme indignación entre la mayor parte del profesorado universitario, debido a su enorme dureza e incluso irracionalidad en algunos casos, por los méritos que se exigen en buena parte de las áreas para alcanzar la acreditación".
Estos nuevos criterios suponen "truncar la carrera académica de buena parte del actual profesorado laboral, y de los jóvenes investigadores, sus posibilidades de promoción o de acceder o progresar en la universidad". "Es un cambio radical en las reglas del juego a mitad del partido, todo ello en un contexto en el cual, cada vez se hace más complicado investigar debido a la falta de fondos, y desarrollar una labor docente de calidad debido a la saturación de horas docentes y en muchos casos a las aulas masificadas", sostiene este docente.
Para Molina, el mensaje que lanza el nuevo sistema de acreditación a las nuevas generaciones de profesorado es "meridianamente claro: abandonen en todo lo posible su labor docente para centrarse en conseguir los durísimos méritos investigadores que les exigimos para optar a la acreditación". Ello, a su juicio, hará que se resienta a corto plazo la calidad de la docencia, y por lo tanto, de la formación que reciben los estudiantes en las universidades del país.
PRONUNCIAMIENTO DE LOS ÓRGANOS LABORALES
En los últimos días, las Presidencias del Comité de Empresa de Personal Docente e Investigador (PDI) laboral y de la Junta de Personal de la Universidad de Sevilla (US) han acordado en comisión permanente planificar asambleas en los centros o campus de la Hispalense e iniciar contactos con otras universidades andaluzas para definir movilizaciones contra estos criterios.
El secretario de la Junta de PDI de la US, Ángel Francisco Villarejo-Ramos (CSIF), ha subrayado a Europa Press que el encuentro sirvió para testar un "malestar generalizado", dados los "desalentadores" niveles de exigencia de este organismo, detrás de los cuales considera que se puede esconder una decisión de "debilitarnos y desmotivarnos".
"Poner duros niveles es la manera de frenar las posibilidades de carrera", mantiene Villarejo-Ramos, que recalca la idea del "ataque" a la universidad pública, "uno más de los que venimos padeciendo", tras el cual se pretende hacer frente común con otras sedes académicas en la comunidad al entender que se trata de "un palo más en la rueda".
Los organismos laborales de la Hispalense pone el foco en el incremento de los niveles de exigencia en investigación y docencia, a la vez que se producen recortes en I+D+i.