SEVILLA 27 Dic. (EUROPA PRESS) -
El rector de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), Juan Manuel Suárez Japón, ha declarado que el flamenco de Extremadura y Murcia, comunidades que acompañaron a Andalucía en la candidatura a Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, no es "homologable" al flamenco que se hace en nuestra región.
En una entrevista con Europa Press, Suárez Japón --un reconocido enamorado del flamenco y autor, entre otros, del libro 'Gracias a la vida' sobre la trayectoria de la bailaora Cristina Hoyos-- ha asegurado que, con todo su respeto a estas dos comunidades autónomas, era "discutible" que Andalucía acudiera a Nairobi (Kenia) de la mano de Extremadura y Murcia, ya su flamenco no es comparable al andaluz "ni en cantidad, ni en dimensión, ni en importancia".
Con todo, el rector ha valorado la declaración del flamenco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad porque, en su opinión, va a ser "muy importante para que la gente que aún, y desgraciadamente, no acaba de entenderlo ni de respetarlo, se dé cuenta de que estamos ante un acontecimiento cultural de una dimensión enorme".
De hecho, según Suárez Japón, a diferencia de otros nuevos Patrimonios de la Humanidad como la sibila mallorquina que "son manifestaciones que languidecen o desaparecen si no se hace algo así", el flamenco está viviendo su "época dorada, por cantidad y calidad". Por ello, ha calificado de "lamentable" que en Andalucía haya personas que no respeten el flamenco. "No podemos exigir que la gente lo conozca, pero sí que lo respete", recalca.
"MOLESTO" EN MADRID
Sin embargo, lo que más parece haber "molestado" al rector de la UNIA de todos los actos que surgieron en torno a la candidatura del flamenco fue la celebración en Madrid de la gala con la que el Gobierno homenajeó a las candidaturas españolas que se alzaron con la distinción de la Unesco en este 2010.
Allí, en "una ciudad donde los intelectuales son tan propensos a dar lecciones, pues no supieron estar". Según relata el rector, la cantaora Esperanza Fernández, una "figura mundial" y a la que "se oiría con devoción en cualquier teatro del mundo", tuvo que decir "hasta aquí hemos llegado a la mitad del segundo cante" debido a que la gente estaba "hablando, bebiendo y había un ruido y un revuelo muy grande".
"Desde luego el público que había allí no era un público flamenco, sino de la cultura y la progresía cultural, pero que se metieron allí, se bebieron cuatro copas de vino y bueno, ni siquiera cuando la ministra González Sinde dio su discurso, un discurso precioso, se callaron", critica el rector.
Por todo ello, insiste en que "el flamenco debe exigir que, allí donde vaya, tenga el respeto que merece". "Y un acto como éste de Madrid me pareció, sencillamente, vergonzoso", apostilla.