ZARAGOZA, 28 Ago. (EUROPA PRESS) -
El espectáculo 'Blue Planet', concebido y dirigido por el inglés Peter Greenaway y la holandesa Saskia Boddeke, es una obra que trata "con dureza al ser humano por cómo estamos tratando el planeta", pero que en última instancia tiene un mensaje de optimismo, enseña a ser optimista, "porque cualquier otra cosa sería una estupidez", asegura Greenaway.
No lo dice sólo Greenaway en una entrevista concedida a Europa Press, lo dice también en la propia obra uno de los personajes, del proyecto que mañana tiene su estreno mundial en Expo Zaragoza 2008, y que cuenta además con música de Goran Bregovic, y con una instalación del arquitecto Italo Rota.
Optimista pero no benevolente, irónica y transgresora, Blue Planet "trata del planeta Tierra y de cómo lo tratamos, cómo lo vivimos y cómo lo estamos destruyendo lentamente. Y básicamente lo que busca es que cambiemos nuestro comportamiento porque si no, no sobreviviremos" explicó Boddeke.
La referencia que se toma en esta historia es el génesis y el diluvio universal, pero, aunque el personaje es Noe, se mezclan las referencias al diluvio universal aparecidas en los textos de diferentes culturas, con especial atención a la Epopeya de Gilgamesh, de la cultura sumeria.
"En el antiguo testamento el diluvio dura cuarenta días y los hijos que vuelven a poblar el mundo nacen de lo humano, mientras que en Gilgamesh, el proceso de destrucción es de siete días, y tras el diluvio, los hijos nacen directamente de la tierra". En Blue Planet, los hijos de Noe nacen directamente de la Tierra y representan la esperanza.
Visto cómo está el mundo, también podrían haber buscado referencias en el Apocalipsis, pero "eso sería el final y la inundación significa un nuevo comienzo", recalcó Boddeke.
"Aunque el ser humano sea tonto, aunque tenga limitaciones, es siempre mejor que ser un cadáver pesimista", añadió Greenaway y cuestionó "¿por qué nos levantamos cada mañana? No es solamente porque nos guste el olor del café, tiene que haber algo más que nos levante de la cama cada día".
'SECOND LIFE'
Blue Planet es una obra muy potente visualmente, que mezcla el mundo real y tangible del escenario, con los personajes virtuales creados en 'Second Life', plataforma de internet iniciada en 2003, en el que se crea un mundo paralelo en internet y que ha multiplicado su número de adeptos en los últimos años.
En la pantalla viven Noe y Dios que son figuras de 'Second Life'. En el escenario, en el mundo de verdad, están la mujer y los hijos de ambos. A la hora de montar en el arca, antes de iniciarse el diluvio, la mujer de Noe decide que no, "que ella no quiere dar una segunda oportunidad a la humanidad para que siga contaminando", señala la directora.
Mientras su mujer se niega a subir al arca, Noe la mira desde el mundo virtual, sentado en una taza de váter, soltando más inmundicias al planeta tierra, "metafóricamente, claro", bromeó Greenaway.
"Second Life es una especie de vía de escape en nuestra sociedad, un mundo onírico, pero en el que también se ha creado dinero y diferencias sociales", explicó Boddeke. El mundo virtual de Blue Planet tiene un destino parecido. "Es una segunda oportunidad de crear nuestro paraíso, pero somos un animal tan raro que también lo contaminamos", añadió.
Por su parte, el Dios del mundo virtual está conseguido a partir de una representación de Leonardo da Vinci, "que tal y como está retratado por el pintor es muy difícil saber si es hombre o mujer, pero que tienen una preciosa voz española femenina".
CARÁCTER MULTILINGÜE
Blue Planet propone una reconstrucción libre y anacrónica del mito de diluvio, en la que, además, los idiomas de los personajes se entremezclan, lo mismo que las diferentes disciplinas artísticas.
El equipo responsable de este proyecto representa la misma diferencia de lenguas y disciplinas, empezando por los propios directores. Peter Greenaway es cineasta y artista multimedia, autor de filmes como 'El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante', o más recientemente Ronda de noche' sobre la obra homónima de Rembrandt.
Por su parte, la trayectoria de Boddeke está macada por sus trabajos en el teatro, en la ópera, y por su trabajo con su compañía propia, la Theatergroep, con la que crea proyectos en los que se mezcla simbolismos, lenguaje fílmico, movimiento y a menudo, música moderna.
La escenografía es obra de la holandesa Annette Mosk, con la que Boddeke forma "un equipo neerlandés femenino muy poderoso", mientras que la música corre a cargo del músico nacido en Bosnia-Herzegovina Goran Bregovic.
Bregovic es un músico con un importante bagaje en bandas sonoras para películas con el que Boddeke quería trabajar ya que "conecta muy bien con la ironía del proyecto"
Por su parte, el arquitecto italiano Italo Rota, es el responsable de la instalación interior y Luciano Romano es el director de fotografía. Los personajes de 'Second Life' han sido diseñados por Luca Lisci y la edición del audiovisual corre a cargo de Irma de Vries.
TRANSFORMACIÓN A ESCENA
En un principio, Blue Planet, fue concebido para hacer el espectáculo de inauguración de Expo Zaragoza 2008, y como tal se presentó a concurso. Aunque no fue el elegido, impresiono a los organizadores, que solicitaron esta versión escénica que "seguramente se habría hecho igual si se llega a realizar también la inauguración"
En esta adaptación a la escena del espectáculo, se rebaja la fuerza de la imagen, que iba a ser la protagonista absoluta, y, aunque la imagen sigue teniendo una gran presencia, se compensa con un peso mayor del texto y de la poética.
La obra se estrena mañana en el Palacio de Congresos de Zaragoza donde se representará durante tres días. Posteriormente, la obra "rodará por todo el planeta, como la película de Al Gore", ironizó Greenaway.
En cada escenario, la mujer de Noe, insistirá en que no se sube al arca, ya que no quiere dar otra oportunidad al ser humano. Sus hijos, nacidos de la tierra, le gritaran desde el arca y le pedirán que "aprenda a nadar" y suba a la embarcación.
Al final les hará caso, "pero no porque les haya convencido de que el ser humano sea bueno", sino porque no le queda más remedio que tener esperanza, "cualquier otra cosa sería estúpido".