Se rompe la tendencia de los últimos años en los cuales denunciaban el maltrato tras abandonar a sus parejas
SANTANDER, 21 Jul. (EUROPA PRESS) -
El 71% de las víctimas de violencia de género seguían conviviendo con su pareja, en un dato que supone una ruptura de la tendencia lograda en los últimos años, en las que las denuncias se producían cuando las mujeres ya habían abandonado a sus maridos o compañeros.
Así lo constata el Informe anual del Gobierno de Cantabria sobre la Ley Integral para la Prevención de Violencia contra las Mujeres cuando analiza los datos correspondientes a las víctimas atendidas en su Centro de Información y Atención Integral.
Entre los cambios de tendencia que refleja ese informe, al que ha tenido acceso Europa Press, se encuentra las relacionadas con la situación económica de las mujeres, como la ruptura de la tendencia que se había logrado de que las mujeres usuarias ya estaban separadas, mientras que ahora siguen conviviendo con sus parejas, en las que, por primera vez, los desempleados superan a los que tienen trabajo, mientras crece el número de mujeres maltratadas en el paro.
De hecho, la inmensa mayoría de las usuarias de los Centros de Acogida y de Emergencia están en el paro, y por primera vez, el porcentaje de maltratadores en paro supera al de hombres que tienen trabajo
Pero también se recogen otros fenómenos, como un descenso entre las víctimas extranjeras y el mayor incremento en siete años de las agresiones sexuales, junto a un incremento en los maltratos cometidos por padrastros (compañeros sentimentales de las madres) de mujeres.
CENTRO DE ASISTENCIA
En 2011, el Centro se atendió a 409 mujeres. Se gestionaron, en ese centro, en total, 3.202 llamadas telefónicas (1.778 por maltrato o crisis de pareja, 814 por agresión acoso y abuso sexual; 319 de profesionales relacionados con maltrato, y 291 de llamadas generales relacionadas con la violencia de género).
El porcentaje de mujeres españolas ha aumentado desde el 63% al 76% (un 13%), mientras que el de extranjeras se ha reducido, pasando del 37% de 2010 al 24% de 2011 (un 13%, también).
Y se ha constando un descenso en las mujeres trabajadoras, que han pasado del 62% al 51%. El 71% estaba conviviendo con su pareja cuando acudió al centro.
Esta cifra es similar a la que se dio cuando se abrió el centro (2004, cuando superaba el 70%), y llegó a darse un descenso "constante", hasta el punto de que el 70% de las mujeres que llegaban en 2010 ya estaban separadas, pero el año pasado un 71% de las que lo hacía convivía con sus parejas.
El 86% de las mujeres atendidas afirmó encontrarse en situación de convivencia conflictiva, y un 33,26% han padecido violencia, tanto física como psíquica. Un 32,6%, maltrato psicológico; y un 15,48%, malos tratos económicos. Finalmente, el 6,34% ha recibido maltrato sexual.
El 59% de las que llegaba al centro en 2010 había interpuesto denuncia por malos tratos. En 2011, la cifra se había elevado hasta un 64%.
Un 61% de las mujeres tiene menos de 40 años, en un porcentaje que tiene una tendencia al alza desde el primer informe que se hizo (2004). De hecho, el principal colectivo de usuarias es el de entre 31 y 40 años (un 33%).
En el Centro de Emergencias de que dispone el Gobierno para asistir en urgencias a víctimas de violencia de género y sus hijos, fueron ingresadas 23 mujeres en 2011.
En un 52,38% de los casos, las mujeres eran extranjeras (la mitad de ellas, de América del Sur). Un 47,6% eran menores de 35 años, y un 61,9% estaban casadas (porcentaje que crece un 10% respecto a 2010). El 90,47% estaban desempleadas.
Por su parte, en el Centro de Acogida, de carácter temporal, estuvieron en 2011 un total de 29 personas, fundamentalmente, derivadas desde el Centro de Emergencias.
Un 51% de las usuarias del Centro de Acogida son extranjeras, un 20% de otras comunidades. Y se detecta un 25% de mujeres de etnia gitana que acuden a estas instalaciones, además de un aumento en las mujeres de municipios pequeños. Prácticamente todas (un 90%) son madres, y la mayoría (70%) tienen estudios primarios. El 90%, desempleadas.
En cuanto a la duración de los malos tratos, la mitad se venían prolongando entre uno y cuatro años. Las que bajan, del 31% al 20%, son las situaciones de maltrato inferiores a un año, y otras más prolongadas, las de entre cinco y diez años, llegan a su nivel más bajo.
Y en lo que respeta al tipo de maltrato, es una constante la agresión psicológica, que sufrieron todas, mientras que la física es un 70%, la económica un 20% y la sexual, con un 30%, se convierte en la cifra más alta desde 2004.
LOS MALTRATADORES
En el caso de los maltratadores, aunque el 40% de ellos trabaja, bajan los que lo hacen de forma estable (del 38 al 30%) y crecen los que no trabajan (del 19 al 50), lo que hace que el porcentaje de maltratadores en paro supere por primera vez al de aquellos que están empleados.
Se constata un descenso entre las mujeres que habían vivido con sus parejas menos de un año o entre uno y cuatro años, aunque aumenta entre aquellas que vivieron con sus agresores entre 5 y 10 años.
Por otra parte, también se cuenta con un programa de reeducación para maltratados, el denominado SENDA, que atendió a 96 personas (94 fueron derivados por servicios sociales penitenciarios y 2 de forma voluntaria), en un trabajo del que el Gobierno destaca que ha conseguido favorecer el cumplimiento de la orden de alejamiento, aumentar el reconocimiento del delito y cuestionar las creencias de los hombres que participaron en esta iniciativa.
ABUSO SEXUAL
En el área de abuso sexual, en 2011 se atendieron 62 nuevos casos (94% a mujeres y 6% a niños), y se constató un descenso en las mayores de edad (que han pasado del 63% al 48%) frente a un repunte en las víctimas menores, que se han elevado desde el 37% de 2010 al 52% del año pasado.
Casi la mitad de las agresiones se produjeron hace tiempo, y en un 32% de los casos, cuando la víctima era menor de edad, y fueron reiteradas, más de una vez, en la inmensa mayoría (un 91% por personas conocidas por la víctima.
Entre ellos, la mayor parte de los agresores fueron de la propia familia (un 48%) y la figura que más se repitió fue la del padre, bien biológico o bien segunda pareja de la madre (44% entre los dos, aunque descendiendo los padres y subiendo los padrastros), tanto en abusos a niñas como a adultas.
Las agresiones se producen fundamentalmente en domicilios (57%), y en un 16% de los casos fueron derivadas desde el ámbito educativo.
Ha bajado el porcentaje de víctimas españolas, que ha pasado del 89% al 74%, subiendo el de mujeres extranjeras, entre las que predominan las de América del Sur (un 17%).
PROGRAMAS PARA MALTRATADAS
El Servicio Cántabro de Empleo logró el año pasado colocar a 53 mujeres maltratadas de las 217 que fueron inscritas como colectivo preferente a la hora de buscar trabajo.
Un total de 180 recibieron Rentas Activas de Inserción (programa estatal y regional, que incluyó un subsidio y orientación laboral). Y 25 recibieron la Renta Social Básica.
El servicio telefónico de atención y protección, gestionado desde Cruz Roja, atendió en 2002 a un total de 262 mujeres y 3.445 alarmas, aunque ninguna por riesgo de agresión, siendo la mayoría de seguimiento del centro de atención.
Según los datos más recientes del Gobierno, se encuentran activos 22 dispositivos electrónicos de seguimiento de maltratadores, que se activan cuando incumple la distancia fijada para el alejamiento respecto la víctima.