MADRID 30 Mar. (EUROPA PRESS) -
El catedrático de Matemática Aplicada de la Universidad de Cantabria y miembro de número de la Real Academia de Ingeniería Enrique Castillo asegura que si el orden de los apellidos, en caso de desacuerdo entre los padres, lo determina el alfabeto, al cabo de muchas generaciones, desaparecerán todos menos 'Abad'. De esta manera, los ciudadanos acabarán teniendo el mismo apellido y, además, por duplicado: 'Abad Abad'.
"Los matemáticos, físicos e ingenieros sabemos del inmenso valor de la intuición en la investigación y el progreso humano, pero también somos conocedores de los riesgos que la intuición tiene en estas ciencias y de las veces que la intuición nos traiciona", advierte el científico, al tiempo que señala que el caso de los apellidos es una de éstas, pues, a su juicio, el orden alfabético conduce "asintóticamente" (tras muchas generaciones) a la desaparición de todos los apellidos, menos uno, atendiendo a un cálculo de probabilidades.
Para Castillo, las dos opciones que se manejan cuando no haya consenso entre los padres, el orden alfabético y el sorteo, no resuelven el problema.
Ante la primera opción, este ingeniero señala que la gente se plantea la posibilidad de que algunos apellidos desaparezcan, "preocupando especialmente aquéllos que figuran en los últimos lugares, como por ejemplo, el apellido 'Zapatero' que se vería perjudicado frente a otros, que aparecen en los primeros lugares, tales como 'Aznar".
Pero también advierte de que casi nadie discute que estas diferencias de tratamiento entre los diferentes apellidos tendrá una influencia decisiva en su futura permanencia. Sin embargo, asegura que "algunos van más lejos", diciendo que los apellidos que comienzan por letras que van desde la N a la Z desaparecerían y que sólo los que comienzan por las letras que van de la A a la M permanecerían.
"Ante este tipo de afirmaciones, uno se pregunta si las personas que las hacen han realizado un estudio serio del problema, que sólo puede hacerse con un conocimiento de matemáticas y cálculo de probabilidades, al que nos tienen poco acostumbrados muchos de los políticos de nuestra generación", critica.
El caso del sorteo, como lanzar una moneda al aire en caso de desacuerdo, "también traiciona la intuición y no resuelve el problema de permanencia de los apellidos, ya que también seguirán desapareciendo en esta hipótesis", indica Castillo. "Esto prueba la no trivialidad del problema en cuestión y que sólo los especialistas pueden dar una solución razonable o informarnos de que no tiene solución", apostilla.
A juicio del experto, un estudio de este tema es "mucho más complejo de lo que parece a primera vista", ya que la permanencia y la rapidez de desaparición de los apellidos influyen muchos factores, tales como las frecuencias de los diferentes apellidos en la actualidad --sólo cinco apellidos: García, González, Rodríguez, Fernández y López, suponen el 11% de las personas--, los gustos a la hora de elegir, los comportamientos de mujeres y hombres a la hora de competir en este tema, el índice de natalidad y la frecuencia de matrimonios, entre otros.