SANTANDER 22 Ago. (EUROPA PRESS) -
El obispo de Santander, monseñor Vicente Jiménez Zamora, ante la exclusión sanitaria de Cantabria considera que la exclusión del sistema sanitario de los inmigrantes irregulares o "sin papeles" es una medida "injustificada" que les coloca en "una situación de mayor vulnerabilidad".
Por ello, el obispo muestra su apoyo a los planteamientos y las iniciativas encaminadas a que se apliquen medidas que "devuelvan la atención sanitaria pública y universal a las personas inmigrantes excluidas de la misma" a raíz del Real Decreto 16/2012 del Gobierno central.
Este decreto, señala Jiménez Zamora, excluye del derecho a la asistencia sanitaria a las personas extranjeras sin autorización de residencia en España, un derecho que estaba reconocido hasta ahora por la Ley de Extranjería. La asistencia sanitaria se mantiene solamente para los casos de urgencia por accidente o enfermedad grave hasta el alta médica, mujeres embarazadas y menores de 18 años.
El obispo recalca que en un comunicado que, a la luz del Evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia, hay que proclamar que "todo emigrante es una persona humana que, en cuanto tal, posee derechos fundamentales inalienables que han de ser respetados por todos y en cualquier situación" (Benedicto XVI,Caritas in veritate, n. 62).
El obispo ha realizado estas afirmaciones en un comunicado rubricado tras la reunión que ha mantenido este jueves con la Plataforma 'Ciudadanía contra la Exclusión Sanitaria', según han confirmado a Europa Press fuentes del Obispado.
El comunicado no ha sido difundido por el Obispado sino por la propia plataforma, que valora las "claras y contundentes" declaraciones de Jiménez Zamora, y destaca que "hoy se ha producido un hecho que quizá sea la primera vez que se produce en España" y que supone "un antes y un después, un punto de inflexión en la lucha de la Plataforma por restablecer la atención sanitaria y los medicamentos para toda la población de Cantabria".
En este sentido, subraya que "hasta ahora, aunque Cáritas y comunidades cristianas de base si que se habían pronunciado, la Conferencia Episcopal no había manifestado su postura".