SANTANDER, 19 Ene. (EUROPA PRESS) -
Tanto María Dolores P.G. como José Antonio G.C. han admitido este martes ante la Audiencia Provincial de Cantabria que en marzo de 2008, cuando eran pareja sentimiental, intentaron matar de un disparo al ex marido de ella con el fin de recuperar la custodia de su hijo.
Ambos acusados han reconocido este martes los hechos, con lo que Ministerio Fiscal y acusación particular han pedido rebajar las penas que solicitaban hasta los 14 años y medio de prisión --frente a los 20 iniciales-- por sendos delitos de asesinato en grado de tentativa, en una petición que aceptan sus dos abogados defensores.
El Ministerio Fiscal pedía diez años de prisión para cada uno de ellos, pero ahora pide siete años y seis meses de prisión para el hombre, que fue quien disparó por la espalda al ex marido de su entonces pareja, aunque la pistola se encasquilló y finalmente la víctima sobrevivió.
Para ella se solicitan seis años de prisión por el intento de asesinato, frente a los diez que pedía la Fiscalía. En el caso de la acusación particular, ejercida por el ex marido, las penas eran de 14 años para cada uno, que ahora se rebajan y quedan en el mismo sentido que las del Ministerio Público. Las defensas pasan de pedir la libre absolución a sumarse a estas condenas.
A estas condenas se suman peticiones de otros doce meses de prisión para José Antonio G.C., por la tenencia ilícita del arma con que se produjo el disparo --y que nunca fue encontrada--, y la prohibición de acercarse durante 10 años al municipio donde reside la víctima.
Esta prohibición también se solicita para la mujer, a quien además se le pide la retirada de la patria potestad de la hija del matrimonio durante un período de 10 años.
Estas peticiones tendrán que ser confirmadas por la sentencia que emita la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria, y se ha llegado a ellas tras las conversaciones entre Ministerio Fiscal y defensas antes de la celebración del juicio, previsto para este martes y mañana, y que finalmente sólo tendrá la sesión de este martes.
En ella, tras admitir los acusados los hechos, las partes renunciaron a los testigos que habían planteado, y entre los que se encontraba la víctima del disparo, por lo que el juicio ha quedado ya visto para sentencia, que no podrá ser superior a estas penas reclamadas.
"DE COMÚN ACUERDO"
Los hechos tuvieron lugar en Torrelavega el 15 de marzo de 2008. La mujer, María Dolores P.G., fue detenida al día siguiente y permaneció en la cárcel durante un mes, mientras que su pareja, José Antonio G.C., se entregó voluntariamente dos días después esgrimiendo una coartada y se encuentra actualmente en prisión.
Según el relato del fiscal, al que se han adherido las defensas, los procesados, que mantenían una relación análoga al matrimonio y residían en la calle Lasaga Larreta de Torrelavega, pretendían recuperar la custodia de la niña, que ostentaba el padre desde que se habían separado en el año 2006. Este último se oponía a la demanda de su ex mujer, al considerar que no ella ni su pareja estaban en condiciones de ejercerla con las debidas garantías para la menor.
En vista de ello, los acusados decidieron acabar de común acuerdo con su vida, aprovechando el momento en que se tuvieran que encontrar con él para que les entregara a la niña, en cumplimiento del régimen de visitas aprobado judicialmente.
De esta forma, la mujer citó a su ex marido en la Plaza el Sol de Torrelavega sobre las diez de la noche del 15 de marzo y éste le entregó a su hija. Tras despedirse, el hombre se fue andando por la calle Berta Perogordo, seguido por el procesado, al que ella hacía informado por teléfono previamente de sus movimientos. Cuando le dio alcance, le llamó por la espalda y, al girarse aquel, le disparó al rostro a una distancia próxima con la intención de matarle.
Como este primer disparo no logró el efecto pretendido, el acusado volvió a montar el arma para realizar un segundo, pero el proyectil quedó encasquillado en la recámara, por lo que se dio a la fuga, haciendo desaparecer todos los vestigios materiales que pudieran incriminarle y buscándose una coartada. De hecho, el arma no ha podido ser localizada.
El disparo efectuado produjo a la víctima un orificio de entrada en la región malar izquierda, con salida a nivel cervical posterior derecho, y fracturas del hueso del cráneo y de la mandíbula izquierda, lesiones por las que estuvo ingresado cuatro días en el hospital y de las que tardó en curarse 202 días, durante los que estuvo incapacitado para sus ocupaciones habituales. Entre otras secuelas, padece una artrosis a nivel cervical, una hipoestesia y dos cicatrices de un centímetro cada una.
La Policía detuvo al día siguiente a Maria Dolores P.G., quien permaneció en prisión algo más de un mes, hasta el 28 de abril, cuando fue excarcelada provisionalmente. Dos días más tarde se entregó su pareja con una coartada "debidamente estudiada" que evitara su relación con la imputada y con la autoría de los disparos.
Según las investigaciones, el arma utilizada es del tipo "corta", en perfecto estado de uso para repercutir proyectiles de calibre 7,65 milímetros.