Rechaza que sean vistos "sólo como consumidores de recursos" y apuesta por un modelo "donde prime la persona" para hacerlos sostenibles
VALLADOLID, 28 May. (EUROPA PRESS) -
La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Milagros Marcos, ha apostado este lunes por la inversión en servicios asistenciales como generadores de riqueza ya que, a su juicio, cada millón de euros empleados en este sector genera "25 puestos de trabajo", frente a "los 17" que se crean en el resto.
Así lo ha defendido durante la conferencia inaugural del I Ateneo Gerontológico, organizado en Valladolid por la revista 'Entre Mayores', que ha tenido como título 'Perspectivas sobre el envejecimiento: necesidades y modelos de atención'.
En declaraciones recogidas por Europa Press, Marcos ha rechazado que los servicios asistenciales sean vistos "sólo como consumidores de recursos" y ha citado varios "estudios serios" que "empiezan a demostrarlo", con un retorno "de 50 céntimos por cada euro invertido", lo que, descontado el ahorro, eleva la tasa "hasta el 66 por ciento".
Por ello, ha insistido en que se trata de una "buena inversión" y una "oportunidad de negocio" que en Castilla y León mantiene a 19.000 trabajadores dedicados al cuidado de las personas mayores y 35.000 en el conjunto de los servicios sociales.
Sin embargo, la consejera se ha marcado como "retos" la "optimización" de su funcionamiento para "hacerlos sostenibles" y su "adaptación a las necesidades de la población", para lo cual ha demandado el establecimiento de "nuevos modelos de atención".
PLAZAS VACANTES
En este sentido, ha recordado que los centros residenciales de la región, tanto públicos como privados, cuentan con "un 20 por ciento de plazas vacantes", mientras que los centros asistenciales diurnos "tampoco se llenan", algo que, en su opinión, es necesario revertir para que se puedan mantener en el futuro, más en una comunidad como Castilla y León donde "casi el 23 por ciento de la población tiene más de 65 años y el 45 por ciento de los mayores reside en municipios de menos de 5.000 habitantes".
Asimismo, ha advertido de que, según las estimaciones, en 2020 el 60 por ciento de los mayores tendrán más de 80 años, lo que supondrá un crecimiento de este grupo de un 32 por ciento.
Por ello, ha abogado por un modelo de gestión en el que la Gerencia de Servicios Sociales "debe definir los programas asistenciales" en lugar de "dar subvenciones a movimientos asociativos para que ellos los planifiquen". "La época de la beneficencia se acabó", ha subrayado, a la vez que ha reclamado una mayor "simplificación" de los trámites, una "unidad de acceso" a las prestaciones o un sistema de "compra centralizada" y que ha permitido ahorrar en Castilla y León "100 millones de euros".
También ha pedido "coordinación" entre las distintas administraciones y asociaciones a la hora de repartirse el trabajo para "evitar duplicidades", para lo cual es preciso llevar a cabo "un proceso de integración" en el que resulta "fundamental" el empleo de las nuevas tecnologías, que a su vez permiten el acceso a las bases de datos donde se recoge el historial de los usuarios, así como su capacidad económica, para ofrecerles una atención más personalizada y concederles las ayudas que precisen "en función de sus posibilidades".
Todo ello permite, a juicio de Milagros Marcos, llevar a cabo la "planificación" de estos servicios desde un punto de vista "centrado en la persona" en el que se fomente "el envejecimiento activo y la prevención de la dependencia", precisamente en este 2012 en el que se celebra el Año Europeo del Envejecimiento Activo y de la Solidaridad Intergeneracional.
ADAPTACIÓN A LA PERSONA
Para Marcos, la adaptación a la persona supone "el segundo gran reto de los servicios asistenciales", para lo cual ha propuesto "un nuevo modelo de atención" debido a que "el perfil del usuario ha cambiado" y "la siguiente generación de mayores demandará aspectos que van más allá de la atención sanitaria" y que se encaminan a transformar los centros residenciales "en un hogar".
Así, se persigue que las residencias "dejen de ser el último recurso" y se conviertan en un espacio en el que se "priorice la dignidad" y se establezca "un plan de vida" que transforme "la tutela" en un "apoyo a la autonomía". "Hay que pasar del yo sé lo que te conviene al dime qué quieres", ha insistido Marcos, quien ha puesto como ejemplo el caso de una mujer que reclamaba el cuidado de gallinas en el centro, como había hecho a lo largo de su vida, en lugar de la realización de puzles.
También ha rechazado la concepción de las residencias como "hoteles, aunque sean de cinco estrellas", ya que "nadie vive en un hotel", de modo que ha planteado la creación de "unidades de convivencia" y de la figura del "coordinador personal", un trabajador centrado en un residente que "conozca sus necesidades" y que "también se beneficia de esta relación".
De esta forma, el nuevo modelo "genera beneficios para los usuarios; para los trabajadores, que están más motivados; para la familia, que se implica más en la atención, y para la propia Administración", a pesar de que se trata de un sistema que "al principio asusta, más en un centro público", de ahí que su puesta en marcha suponga "un reto".
Esta iniciativa, que se desarrolla como proyecto piloto en una residencia pública de la provincia de Soria y en un centro privado del País Vasco, presenta sus objetivos "a largo plazo", ya que se requiere "redactar y aprobar la normativa" al respecto, así como desarrollar "la formación necesaria del personal asistencial".
Por último, la consejera ha reconocido que "algo no se ha hecho bien" cuando "es preciso cambiar el sistema" y se ha marcado como meta "mantener la asistencia a los grandes dependientes" hasta que se resuelva la actual crisis económica, puesto que "si se volviera al modelo de beneficiencia, aunque la economía repuntara, se habrían perdido 15 años".