VALLADOLID, 11 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Casa Revilla de Valladolid acoge una muestra de publicaciones como tebeos, cómics y fanzines en las que han tomado parte 18 artistas vallisoletanos o que han tenido importante relación con la capital del Pisuerga y a los que se trata de rendir un homenaje.
La exposición, que se puede visitar hasta el próximo 19 de julio y se desarrolla en paralelo al Encuentro de Ilustración que se desarrolla desde este jueves en Valladolid, es una "deliciosa" muestra de gran interés, ha explicado la alcaldesa accidental y concejal de Cultura, Comercio y Turismo, Mercedes Cantalapiedra, quien ha presentado esta actividad junto al coleccionista y comisario de la misma, Fernando Bernabón.
La exposición se desarrolla bajo el título 'Del tebeo al cómic. Un acercamiento a los dibujantes, guionistas, editores y publicaciones de historietas en Valladolid (1936-2015)' y repasa la historia de estas publicaciones desde 1917, cuando nació el 'TBO', hasta la actualidad, a través de sus figuras vallisoletanas más relevantes, algunas de las cuales tuvieron gran influencia en toda España.
Este repaso histórico se inicia en 1917, con el nacimiento en Barcelona del 'TBO', que daría el nombre "tebeo" a todo este tipo de narraciones dirigidas a público infantil y juvenil, que después pasarían a llamarse 'cómic' a raíz de un artículo de Terenci Moix a principios de los 60, idea que se afianza en los años 80 con el "boom" de las revistas, ha señalado Bernabón.
El objetivo de la exposición es dar a conocer cuál ha sido esta historia del tebeo o el cómic en Valladolid, para lo que se han seleccionado hasta 18 autores y dibujantes desde 1907 hasta la actualidad. Asimismo, se pueden ver diferentes publicaciones ejemplo de todo este tiempo, desde algún ejemplar del TBO hasta publicaciones muy recientes, por ejemplo, de Sansón y Nieto.
Del 'TBO' y de otras revistas bebieron los miembros más antiguos de la primera generación de autores vallisoletanos de la historieta a partir de la Guerra Civil, entre los que cabría identificar a Ito y Chuchi. Otras publicaciones, como las míticas 'Aventurero' (1935), 'Flechas y Pelayos' (1938) y 'Chicos' (1938), alimentarían las ansias de aventuras de los por entonces chavales Manuel Zataraín, Manuel Gago, Jorge Alonso García, Jesús Redondo y Felipe Jiménez de la Rosa.
RELEVANCIA NACIONAL
Algunos de ellos como Gago tendrían posteriormente una importante relevancia nacional, dado que se le considera creador de la llamada Escuela Valenciana, mientras que Jesús Redondo fue conocido por el 'Capitán Trueno' y Zataraín tuvo trascendencia en la Escuela Madrileña.
Así, los cuadernillos de 'El Guerrero del Antifaz' (1944), 'Hazañas Bélicas' (1948), 'El Capitán Trueno' (1956) y 'El Jabato' (1958), entre otros, serían los que llamarían la atención de los jóvenes nacidos en los 40 y 50, como sería el caso de los hermanos Fresno. Los nacidos en los 60, sin embargo, vivirían en vivo y directo el 'boom' del cómic de finales de los 70 y principios de los 80, con títulos como 'Totem' (1977), '1984' (1978), 'Creepy' (1979), 'Metal Hurlant' (1981) y 'Cairo' (1981). César Esteban, Corominas, Rafael Vega (Sansón) y José María Nieto serían algunos de los nacidos en esta década.
David Aja, Raúl Allen y Javier César Niño, sin embargo, serían testigos de la decadencia de estas revistas y del afianzamiento en el mercado español de los superhéroes, que no tardarían en enfrentarse en los quioscos con otros héroes surgidos del éxito de los seriales televisivos provenientes del Japón. El anime y el manga seducirían a Cristina Ortega y Henar Torinos, las más jóvenes representantes de la historieta realizada por autores vallisoletanos.
En la muestra tienen también cabida los 'fanzines' vallisoletanos como 'La Criatura', 'Tundra', 'Tintachina', 'El Prodigio', 'Maestros de la Historieta' o 'L.S.D.'. Algunos de los autores de estas artesanales publicaciones, como César Esteban, Enrique Jiménez Corominas, Cristina Ortega y Heni Chan, lograrían con el tiempo hacer del dibujo su modo de vida.
A diferencia de otras provincias españolas, como Madrid, Valencia o Barcelona, Valladolid nunca ha contado con empresas que se sintieran atraídas por la edición de historietas, de tebeos. Sólo esporádicamente, y casi siempre desde el mundo de la fanedición, desde el sector de los aficionados, se ha intentado llenar un espacio que de otra forma habría quedado casi yermo en lo referente a la industria del tebeo.