Reconoce así un estudio sobre el otograma o huella de la oreja como método de identificación en la investigación criminalística
VALLADOLID, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
El doctor en medicina legal y forense, criminólogo y profesor de Universidad Camilo José Cela de Madrid, el vallisoletano Aitor Curiel López de Arcaute ha sido distinguido por el Instituto Vasco de Criminología con el 'Premio Jean Pinatel' de Investigación, en su edición de 2009, por sus trabajos relacionados con el otograma o huella de oreja y su validez científica y jurídica como método de identificación en la investigación criminalística.
El galardón concedido por dicha institución académica, con sede en San Sebastián, lleva el nombre de uno de los padres de la criminología y uno de los creadores de la Sociedad Internacional de Criminología y constituye uno de los más importantes reconocimientos en la materia en el panorama nacional.
El investigador, en declaraciones a Europa Press, acogió el premio como "un acicate" que viene a respaldar esta línea de investigación que aparece recogida en su tesis doctoral, la segunda elaborada en la materia en todo el mundo y la misma que este mismo año recibió un sobresaliente 'cum laude' por la Universidad Camilo José Cela de Madrid, donde Aitor Curiel ejerce como docente, al tiempo que subrayó que el galardón "supone elevar el trabajo del día a día del policía científico al nivel académico y de máximo rigor".
El trabajo premiado viene a demostrar la validez científica de la huella de oreja como método para el esclarecimiento de robos por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a idéntico nivel que la conseguida con las huellas dactilares, la odontología forense y la balística identificativa.
En él, Aitor Curiel realizó un estudio sobre dieciséis parejas de gemelos monocigóticos y comprobó las diferencias existentes entre sus huellas de oreja, incluso entre la izquierda y derecha de cada sujeto. Al empezarse a utilizar esta técnica en España desde el punto de vista empírico, con una primera identificación obtenida en Santander en el año 2000 por el investigador Guillermo Rosenwarne, el objetivo que se propuse el investigador vallisoletano fue realizar una fundamentación sobre la validez de la misma desde el punto de vista científico.
Además de conseguirlo, el autor de la tesis, que fue profesor de la Universidad de Valladolid por espacio de cuatro años y de la Universidad Europea Miguel de Cervantes durante otros tres, en los que impulsó el título de Criminología, se ha dirigido a la Real Academia de la Lengua para que reconozca el término 'otograma' para referirse a la huella de oreja y que el mismo sea incluido en su próximo diccionario.
PRIMERA SENTENCIA EN PALENCIA
El investigador, quien presentó recientemente candidatura a la dirección del Museo de la Ciencia de Valladolid, incidió en que el primer criminólogo en el mundo que utilizó la huella de oreja para resolver un robo--se obtiene cuando el delincuente apoya el pabellón auditivo en la puerta para saber si están los inquilinos--fue el suizo Hirschi en Berna, al que luego siguió en Holanda el agente Cornelius Wanderlugt, este último con más de doscientas identificaciones obtenidas.
En España, en la actualidad hay una docena de sentencias condenatorias basadas en la huella de oreja como método de identificación, la primera de ellas en Palencia y gracias al trabajo del que hoy es inspector jefe de la Brigada de Policía Científica de Valladolid, Miguel Ángel del Diego Ballesteros. En Valladolid también hay algún fallo condenatorio, como el caso de un robo cometido en una vivienda de la calle Perú.
Con el fin de establecer un patrón común a la hora de investigar la huella de oreja, la tesis doctoral de este vallisoletano incluye además propuestas para unificar los conceptos y la nomenclatura a utilizar, así como un protocolo de detección, almacenamiento, clasificación, comparación e identificación.