LLEIDA 29 Ene. (EUROPA PRESS) -
El anciano que asesinó a hachazos en enero de 2008 a un tetrapléjico, compañero de habitación, en una clínica de Lleida dijo hoy en el juicio que lo mató para vengarse del centro porque querían trasladarle a un geriátrico de Balaguer (Lleida), y añadió que no sólo no se arrepiente de haberlo hecho sino que debió comprar una pistola y matar a cuatro sanitarios.
"No me arrepiento. En lugar de un hacha tenía que haber comprado una pistola y hablaríamos de otra cosa. Habría matado a Barceló, a la directora, al psicólogo y a la coordinadora, a los cuatro", afirmó el procesado, José S.S, durante la vista oral. También dijo que el arma homicida se la dio el familiar de otra paciente, y que él también regaló un hacha.
Sin embargo, no reconoció la agresión a otra paciente en abril de 2007, como sí hizo en su declaración ante el juez, los Mossos d'Esquadra y la Policía Local. Entonces contó que el hacha llevaba meses guardada en su armario y que tiempo atrás había agredido con unas tijeras a una mujer que estaba en coma.
El crimen ocurrió sobre la una de la madrugada del 15 de enero. Al día siguiente, José S.S. explicó a los Mossos d'Esquadra que no tenía nada contra su compañero, con el que compartía habitación desde hace más de un mes y medio, sino que sólo quería llamar la atención del centro, de donde le iban a trasladar al día siguiente.
En su escrito de acusación, el Ministerio Público solicita que se condene a José S.S., de 66 años y que camina con un andador, a 20 años de prisión por el asesinato con alevosía y a otros 15 por el intento de asesinato de la mujer que estaba en coma en el mismo centro. También pide una indemnización de 150.000 euros para la familia del fallecido.
La abogada de la familia de la víctima pidió que la responsabilidad recaiga en la clínica y en la Generalitat, a los que responsabiliza de que el paciente tuviera un hacha. Por su parte, el letrado de la Generalitat rechazó cualquier responsabilidad de su cliente y cuestionó la indemnización solicitada, pues el fallecido no tiene familiares directos, ya que murió soltero con 84 años.
El hombre que supuestamente entregó el hacha al acusado negó haberle dado el arma homicida, aunque reconoció que José S.S. sí le regaló una después de comer juntos. Al final del almuerzo, "me regaló un hacha, la he traído y se la he dado a los Mossos", explicó.
Añadió que el procesado le pidió que abriera el paquete en casa, cosa que hizo. "Me quedé a cuadros", dijo el testigo, quien, cuando el fiscal le preguntó por qué no avisó al centro, contestó: "¿Cómo me presento yo en un hospital con un hacha? Me iban a tomar por loco".