Barcelona alberga 125 nidos de garza real, la mayor colonia urbana de Europa

Actualizado: miércoles, 5 agosto 2009 14:38

BARCELONA 5 Ago. (EUROPA PRESS) -

El Zoo de Barcelona alberga en las copas de sus árboles unos 125 nidos de garza real --'Ardea cinerea'--, lo que representa la mayor colonia urbana de Europa de este ave, que vive un proceso de expansión continuo por toda Catalunya desde su primer establecimiento en la ciudad, alrededor de 1974.

La tranquilidad del recinto del zoo y la menor presencia de depredadores ha favorecido su nidificación en Barcelona hasta el punto de que, aunque es una especie migratoria, en el 30 por ciento de los casos se queda de forma permanente en la ciudad, explica el biólogo y responsable del seguimiento de la colonia urbana en una entrevista con Europa Press, Josep Garcia.

Garcia, ilusionado con el proyecto que ha permitido descubrir conductas hasta el momento desconocidas de este ave, señala orgulloso que la colonia urbana del zoológico es la más antigua y numerosa de Europa, a pesar de vivir rodeada de "edificios emblemáticos" de la ciudad como la Catedral de Santa María del Mar y los rascacielos de la Villa Olímpica.

La garza real, una de las zancudas más representativas del género, vuela cada día entre 30 y 35 kilómetros en busca de alimento, si bien es una "oportunista" y más allá de pescado puede comer prácticamente cualquier animal pequeño. En el caso de Barcelona, su día transcurre en un trajín constante desde el recinto del zoológico, próximo al mar, hasta los ríos Llobregat y Besòs.

De hecho, la recuperación de estos dos ríos y la mayor protección de ecosistemas naturales como el Delta del Ebro son las causas que han posibilitado la expansión de la garza real, en un proceso que no tiene nada que ver con un mayor aumento de las temperaturas fruto del cambio climático. Garcia lo fundamenta en que, si bien Catalunya no contó con poblaciones estables hasta los años 80, la garza real llevaba décadas instalada en colonias cercanas al río Duero.

El origen de las colonias catalanas data de la puesta en libertad de varios polluelos que criaban en cautividad en el zoo. A partir de ahí se instalaron, regresaron en temporadas sucesivas, y su ejemplo fue seguido por otros ejemplares que, año tras año, han hecho crecer la colonia hasta los 125 nidos actuales.

Cada nido cuenta con una pareja de adultos y 2 ó 3 crías, que no siempre sobreviven porque, además de las caídas accidentales del nido, gaviotas e incluso ratas trepan a los árboles donde anidan para alimentarse de ellas.

LOS EFECTOS DE BARCELONA

Garcia señala que los estudios desarrollados hasta la fecha, que incluyen análisis del caparazón de los huevos, descartan "a priori" que la contaminación de la ciudad haya afectado negativamente a esta especie, al mismo tiempo que sí se han observado comportamientos diferentes a los de los congéneres que viven en ecosistemas más naturales.

Entre ellos, destaca el comportamiento "cleptómano" de los animales, que para la construcción de sus nidos utilizan ramas y componentes de nidos de otras aves, como las cotorras, muy numerosas en Barcelona. Curiosamente, en el proceso de robo, las garzas reales descubrieron que los nidos escondían en su interior crías de cotorra, y han pasado a incluir este alimento en su dieta en un grado creciente, al identificar estos nidos como una fuente más de comida.

Los numerosos estudios de anillamiento que ha realizado en toda Catalunya hacen que Garcia no dude que la "productividad" y el índice de supervivencia en el zoo es mayor que en otras zonas. Ahora, se centra en averiguar mediante estudios genéticos si el orden de la puesta de los huevos guarda relación con el sexo de los animales, ya que podría ser que incubar primero a las hembras ofrezca mayor éxito reproductivo a la pareja.

Garcia, con los nidos de garza real y sus reclamos sonoros como escenario, no duda en calificar de "privilegio" la oportunidad de observar la colonia de zancudas del zoo. Al fin y al cabo, es "uno de los espectáculos de la naturaleza más grandes", concluye convencido.