BARCELONA 6 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Ayuntamiento de Barcelona ha prohibido a las motocicletas y ciclomotores aparcar en las aceras de todo el barrio del Poblenou, la primera iniciativa de estas características que se realiza a nivel global en un espacio tan extenso de la capital catalana.
Como contrapartida, el Consistorio ha habilitado 2.000 plazas de aparcamiento en la calzada aprovechando la regulación del área verde que entró en vigor el jueves, y ha terminado este martes de instalar 600 señales indicando que no está permitido aparcar en las aceras.
Según ha informado en un comunicado, el ámbito de actuación lo forman la Gran Via, la calle Bilbao, la avenida Diagonal, la calle Pallars, Josep Pla, Llull, Selva de Mar, el paseo de Garcia Faria, la Ronda Litoral, la calle Badajoz hasta Pere IV, Llacuna y Diagonal.
Barcelona es una de las ciudades con más motos de Europa, y cuenta con 173 por cada 1.000 habitantes. Uno de los fenómenos derivados del aumento del uso de este medio de transporte es que se pueden ver más motocicletas aparcadas en las aceras.
Para contrarrestarlo, desde 1998 hasta este martes se han creado un total de 64.445 plazas de motos, mayoritariamente en la calzada. El 2009 ha sido el año en que se han creado más plazas de la historia, 22.422, lo que equivale a pintar 90 plazas cada día laborable.
7% INCUMPLE LA NORMATIVA DE RUIDO
El 7% de las motocicletas incumplen con los niveles de ruido que admite la normativa, según la campaña de sensibilización e información que realizó el Área de Medio Ambiente entre el 25 de mayo y el 7 de junio.
En la campaña se requirió a 615 motoristas para que se sometieran a la medición sonométrica de su vehículo, de los cuales 559 accedieron voluntariamente. Las pruebas se centraron en zonas de oficinas, comerciales y de gran afluencia universitaria.
El Ayuntamiento ha informado este martes que se ha registrado una mejora notable en los niveles acústicos medidos. La mayoría de motos se encuentran entre los 90 y 95 decibelios y se registró una reducción a la mitad de los niveles superiores a 95 --7% del total--.
Durante la campaña se detectaron 18 vehículos con un tubo de escape modificado o no homologado, lo que representa el 2,9% de los conductores que participaron, cifra similar a la de los años anteriores.