Foto: POLICÍA NACIONAL
BARCELONA, 10 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Policía Nacional española y la Policía de Fronteras francesa han desarticulado una amplia red dedicada a introducir de forma ilegal a ciudadanos chinos en Europa y EE.UU., en una operación que se ha saldado con 75 detenidos.
Del total, 51 han sido arrestados en España y 24 en Francia, según ha informado este sábado el cuerpo policial.
Los detenidos, entre los que se encuentran los máximos responsables de la organización en Europa, cobraban entre 40.000 y 50.000 euros por transportar bajo identidades falsas a ciudadanos chinos hasta EE.UU. y países como España, Francia, Grecia, Italia, Reino Unido, Irlanda y Turquía.
En ocasiones, las vías abiertas por esta red, que tenía en Barcelona a los líderes de la organización, también eran usadas para la trata de personas con fines de explotación sexual.
En total, se han incautado 81 pasaportes falsificados de países asiáticos como Taiwan, Korea, Malasia, Japón, Hong Kong y Singapur, ha explicado la Policía Nacional, que ha señalado que en julio de 2011 empezaron las pesquisas sobre esta compleja organización.
El máximo responsable de la red, perfectamente estructurada y jerarquizada, estaba afincado en China, y contaba con células independientes en varios países que operaban con "máximo hermetismo", lo que ha dificultado la investigación.
El 'modus operandi' comenzaba con la captación de personas interesadas en abandonar China y trasladarse a Europa o EE.UU., si bien a cambio de una deuda vitalicia que solía oscilar entre los 40.000? y los 50.000?, la organización proveía de pasaportes falsificados y encargaba a "pasadores" el acompañamiento a lo largo de todo el viaje.
Estos expertos eran siempre miembros de total confianza de la organización y conocedores en profundidad de los aeropuertos y ciudades europeas por los que discurrían los traslados.
Los "pasadores" residían mayoritariamente en China o Malasia y se desplazaban a la ciudad designada únicamente cuando recibían el encargo de realizar un pasaje, regresando tras el viaje a su lugar de residencia con el fin de dificultar así su localización.
Las rutas y los documentos empleados para trasladar a las personas hasta los lugares de destino cambiaban constantemente en función de los éxitos o fracasos obtenidos en viajes previos, de las necesidades del mercado o de las formas de evitar la detección de los "pasajeros".
Normalmente les daban instrucciones precisas sobre cómo pasar desapercibidos en los controles fronterizos, por ejemplo camuflándose entre grupos de turistas.
La organización se encargaba también de confeccionar pasaportes falsos, elaborados en China, de diversos países asiáticos como Taiwan, Korea, Malasia, Japón, Hong Kong y Singapur.
ESPAÑA, TRAMPOLÍN A UK Y EE.UU.
España era la última escala dentro de los vastos viajes que ejecutaba la organización, ya que el Estado se había convertido en el trampolín hacia el destino final, habitualmente Reino Unido o EE.UU.
La llegada solía realizarse en el Aeropuerto de El Prat de Llobregat, donde colaboradores de la organización se encargaban de la recogida y de proporcionar alojamientos seguros en los que permanecer el tiempo necesario hasta que se gestionaban los trámites y documentos exigidos para el último traslado.
La mayoría de detenidos en España se encontraban en Barcelona, pero también en los aeropuertos de Madrid, GIrona, Alicante, Mahó, Málaga, Palma de Mallorca y Reus cuando portaban pasaportes falsificados.