BARCELONA 29 Nov. (EUROPA PRESS) -
El CaixaForum de Barcelona escarba en el fondo de la cultura sumeria presentando verdaderas "joyas" arqueológicas en la gran exposición 'Antes del diluvio. Mesopotamia 3.500-2.100 a.C.' con 400 obras prestadas por una cuarentena de museos de la talla del Louvre de París y del Metropolitan de Nueva York, que podrán verse hasta el 24 de febrero.
En rueda de prensa, el comisario, Pedro Azara, ha explicado que esta muestra, tan interesante para expertos como para el gran público, pone de relieve las aportaciones de las culturas desarrolladas en Siria, Irak e Irán entre el 3.500 y el 2.100 a.C., cuando nacieron las ciudades, se organizaron los territorios y el mundo conoció aportaciones como la escritura y las mediciones.
Esta exposición, que se ha gestado durante cinco años, arranca además de la primera incursión arqueológica en Irak después de la guerra y de años de conflicto, y autorizada por el Ministerio de Turismo irakí para garantizar la seguridad del equipo.
REY GUDEA
Situadas en vitrinas en un gran espacio blanco --"como se encuentran entre un desierto blanco de sal en la zona"--, las 400 piezas evocan el imaginario mesopotámico, y entre ellas hay tesoros tan importantes como la estatua del rey-arquitecto Gudea --cedida por el Louvre--, ajuares de tumbas reales de la antigua ciudad de Ur e importantes figuras de orantes, una expresión artística única de esta civilización.
La exposición arranca con los primeros viajes de descubrimiento de Mesopotamia, de la mano de las peregrinaciones del Califato de Córdoba en el siglo X y de los primeros viajeros cristianos a la zona.
Acto seguido, la muestra se adentra en los relatos míticos sumerios sobre la creación del mundo por parte del dios Enki --"ordenador del mundo", no creador-- dando lugar a formas artísticas como toros simbolizando la fertilidad y a mitos como el gran diluvio.
Los sumerios pensaban que los humanos fueron creados para cultivar la tierra y ofrendar los alimentos a los dioses, pero al multiplicarse y competir con los dioses, el Cielo decidió limitar su número y desencadenó un diluvio, pero Enki --amante de los humanos-- ordenó construir un arca y proteger ejemplares de todos los seres vivos, en un mito que posteriormente recogería la Cristiandad.
En segundo lugar, la muestra aborda cómo se habilitaron los espacios naturales a través de mediciones, unidades de peso y planos ejemplificándolo con los numerosos rastros que dejaron estos preliminares.
Una tercera parte propone la reconstrucción de los espacios configurados por los sumerios, tanto desde la perspectiva ordenadora de los reyes-arquitecto, como Gudea, como de los espacios habitables convertidos en ciudades, hogares y templos.
La muestra culmina con el legado sumerio tras la descomposición del imperio y la llegada de Alejandro Magno a la zona.