BARCELONA 10 Jul. (EUROPA PRESS) -
El metano producido en los embalses tropicales, que sale a la superficie como resultado de la descomposición de la materia vegetal muerta, provoca entre el 1,2% y el 1,6% de las emisiones de gases de efecto invernadero que se producen a nivel mundial, según un estudio elaborado por el Instituto Catalán de Ciencias del Clima (IC3).
En declaraciones a Europa Press, el investigador del instituto y autor del informe, Salvador Pueyo, ha puntualizado que esta cifra --18 millones de toneladas de metano-- es el resultado de los 186.500 kilómetros cuadrados de agua embalsada en los trópicos, y desmiente por tanto la bondad absoluta de la energía hidroeléctrica para con el medio ambiente.
Asimismo, ha alertado de los proyectos de construcción de nuevas presas en Brasil --como las de Belo Monte y Babaquara, que sumarían otros 6.500 kilómetros cuadrados--, y que reforzarían por tanto una tendencia subestimada por en un 80% por los técnicos de la empresa estatal brasilera Eletrobrás.
Pueyo ha explicado que los cálculos se basan en que una tonelada de metano contamina entre 25 y 34 veces más que una tonelada de dióxido de carbono (CO2), en un estudio en el que también ha colaborado el Instituto Nacional de Investigaciones Amazónicas (Inpa).
La descomposición de la materia orgánica da pie a la generación de CO2, unas emisiones que resultan inocuas en el caso de que éste sea reabsorbido por la producción vegetal, pero en el caso de los embalses situados en climas tropicales las condiciones climáticas dan lugar al origen de metano en vez de CO2.
Esto se produce en el fondo de los embalses, donde la falta de oxígeno provoca que la materia muerta produzca un metano que acaba saliendo a la superficie por elevación, o bien cuando el agua es expulsada por las compuertas del embalse --y que se nutre precisamente de las aguas del fondo--.
En el caso de los trópicos, las elevadas temperaturas favorecen la producción de masa vegetal, y el escaso desnivel del terreno hace necesario que los embalses tengan una superficie muy extensa para hacer rentable la producción hidroeléctrica, lo que agudiza este fenómeno, a diferencia de los embalses de otras latitudes, ha explicado Pueyo.
La temperatura mundial ha aumentado desde la época preindustrial en 0,8 grados centígrados a causa de la emisión de gases de efecto invernadero, si bien los expertos prevén que en 2050 esta cifra se sitúe entre los 1,5 y los 3 grados, ha recordado el investigador del IC3, a pesar de que los gobiernos coinciden en la importancia de que no suba por encima de los 2 grados.