Un estudio apunta a un mecanismo para 'desactivar' la inmortalidad de las células tumorales

Actualizado: jueves, 5 febrero 2009 15:57

BARCELONA 5 Feb. (EUROPA PRESS) -

El grupo de investigación en anatomía patológica, oncología y genética del Institut de Recerca del Hospital Universitario Vall d'Hebron de Barcelona, en colaboración con el CNIO de Madrid, ha demostrado como la expresión en determinadas células del gen denominado CIRP es uno de los determinantes de la inmortalidad celular.

Este descubrimiento puede suponer un nuevo enfoque en el tratamiento contra el cáncer. Si se identifican los genes que hacen inmortal una célula tumoral se abre una puerta a la posibilidad de alterar este ciclo celular y convertirla en vulnerable y mortal.

La característica que hace que las células tumorales sean tan nocivas es su inmortalidad, ya que no envejecen ni se autoeliminan contrariamente al comportamiento de las células sanas que sí lo hacen. Esta inmortalidad de las células cancerígenas hace que los tumores crezcan sin control y sean tan malignos.

Este estudio, que se publica en la revista 'Molecular and Cellular Biology', apunta a un mecanismo para 'desactivar' esta eterna juventud y convertir, de esta forma, estas células malignas en mortales.

La investigación parte de la hipótesis sobre la similitud entre las células madre y las de un tumor maligno. En concreto, estos dos tipos de células tienen en común la inmortalidad, que se utiliza de una forma muy diferente en cada caso. En el caso de las células madre sirve como reserva para poder crear cualquier tipo de tejido sano, mientras que las tumorales sirve para crecer sin control y destruir tejido sano.

El grupo de Vall d'Hebron ha comparado, por una parte, genes de células madre y, por otra, células primarias. Las células primarias son aquellas capaces de detener sus divisiones cuando ya lo han hecho entre 40 y 60 veces; cuando dejan de dividirse, envejecen y mueren.

Las células madre embrionarias son inmortales, no detienen su división y no presentan ni mutaciones ni alteraciones. Tras compararlas, se han identificado una serie de genes peculiares, entre los que figura el gen CIRP.

Los investigadores infectaron 'in vitro' las células mortales con estos genes identificados en el estudio, entre ellos el gen CIRP, y se ha podido obersvar que, curiosamente, algunas células se han inmortalizado.

Posteriormente, una vez validado este mecanismo, se estudiaron células procedentes de 225 tumores humanos y se ha visto que, en un elevado porcentaje, estos genes también están sobreexpresados.

Esta observación se pudo detectar especialmente en células procedentes de cáncer de colon y mama, donde el 35 por ciento de ellas sobreexpresan el CIRP. Finalmente, se desactivaron los genes en estos casos y se vio que las células tumorales perdían su inmortalidad y pasaban a envejecer como las otras.

Estos resultados, según los investigadores, refuerzan el ataque contra el crecimiento incontrolado de los tumores. De todas formas, es necesario que otros investigadores repliquen y validen los resultados para que estas investigaciones se puedan validar 'in vivo' y no sólo en laboratorio. Los expertos recalcan la necesidad de encontrar financiación para demostrar la capacidad de inhibición de estos genes en el diseño de terapias moleculares contra el cáncer.