BARCELONA 30 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Conselleria de Acción Social y Ciudadanía de la Generalitat abrirá este agosto el nuevo centro de acogida de menores desamparados Gaudí, situado en las inmediaciones del Parque Güell en el distrito de Gràcia de Barcelona, tras el cierre de los centros El Bosc en Vallvidera y Alcor en Poblenou, conocidos por su conflictividad.
EL nuevo centro, que se ubica en un antiguo convento y que gestionará la Fundación Ciudad y Valores, acogerá a 36 chicos de entre 12 y 18 años y dispondrá de tres hogares de 12 plazas cada uno, con espacios comunes como una sala polideportiva y otra de talleres. Su apertura, que la Conselleria anunció para el primer trimestre de 2010, se producirá finalmente en agosto, cuando empezarán a llegar los primeros menores --tanto autóctonos como inmigrantes-- desde otros centros.
En declaraciones a los medios en su visita al centro, la consellera de Acción Social y Ciudadanía, Carme Capdevila, ha informado de que el Gaudí permitirá crear "un verdadero clima de convivencia" al "abandonar un modelo de centros masificados" e impersonales.
El objetivo es recrear un entorno lo más familiar posible a través de una relación más personalizada con los educadores sociales y un refuerzo de los vínculos entre los menores, puesto que grupos más pequeños facilitan que los mayores se responsabilizen de los más pequeños. La adquisición y las reformas del edificio asciende a 3,3 millones de euros, que ha sufragado la fundación con una ayuda de 700.000 euros de la Generalitat.
Este centro de acogida es el noveno que impulsa la Conselleria esta legislatura y se suma a los dos tanto en Tarragona como en l'Hospitalet, y a los de Amposta (Tarragona), Sant Cugat, Badalona y Mataró. Se trata de servicios residenciales de atención inmediata y de estada limitada --máximo seis meses-- que acogen a menores inmigrantes y a los autóctonos desamparados, a cuyos padres se ha retirado la tutela.
Los profesionales de los centros evalúan la situación de cada menor, que pueden derivar a una familia de acogida; pasar a un centro residencial de acción educativa (Crae); volver con su familia, ya sea con los padres o con parientes cercanos como abuelos o tíos; o pasar a servicios para adultos, si se determina que no eran menores, como es el caso de algunos inmigrantes. Los jóvenes marroquíes también pueden incorporarse voluntariamente al programa Catalunya-Magreb y volver a su país.