BARCELONA 7 Ago. (EUROPA PRESS) -
El gerente del Gremio de Áridos, Jaume Puig, ha reclamado a las administraciones inversión en mantenimiento de infraestructuras para garantizar un mínimo de demanda que sostenga la producción en las canteras y, así, frenar la lenta agonía del sector.
En declaraciones a Europa Press, Puig ha lamentado que en España no exista "cultura de mantenimiento", y ha asegurado que este aspecto es el que diferencia la marcha del sector respecto a otros países europeos como Alemania.
Ha sostenido que el cuidado constante de los equipamientos, así como la utilización de materiales de primera calidad en su construcción, reportan un beneficio para las arcas del Estado, ya que "lo que no se paga ahora se pagará más tarde".
Asimismo, ha pedido a la Generalitat que distribuya estas tareas de mantenimiento por todo el territorio, de tal manera que se aseguren los pedidos en todas las pedreras, dado el elevado coste que supone trasladar este tipo de mercancía a lo largo del país.
Precisamente este coste es lo que vuelve inviable la exportación de los áridos catalanes e impide que el sector se recupere por vía de la internacionalización, tal y como sucede en otros ámbitos.
Puig ha señalado que el único sendero que permitirá que estas empresas puedan salir de España es el de ofertar la experiencia española a socios locales que les permitan extraer los grávidos ahí.
Ha indicado que el proceso no es "ni rápido, ni fácil", aunque ha festejado la existencia de líneas de colaboración con la Generalitat a través de la agencia para la competitividad de la empresa catalana ACC1Ó.
Esta complicidad se materializará en una misión empresarial en Colombia de cara a septiembre y otra en Brasil en noviembre, a las que han precedido otras similares en Marruecos, Rumanía y los Balcanes, entre otros.
No obstante, ha lamentado que "no todas las empresas lo ven factible, ya que para dar este paso se necesita capital y se necesita ser grande, y aquí hay empresas muy pequeñas".
Para estas compañías, Puig ha apuntado que se están explorando posibles cooperaciones de empresas autóctonas que, sin llegar a fusionarse en el mercado catalán, actúen conjuntamente en el exterior.
Esta solución enlazaría con la reestructuración del sector que el gremio ya prescribió, y que emplazaba a las compañías del sector a unirse en tiempos de crisis para repartir la demanda y asegurar su subsistencia.