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La máquina implanta electrodos cerebrales para precisar las áreas implicadas en cada crisis
BARCELONA, 13 May. (EUROPA PRESS) -
El Hospital del Mar de Barcelona ha mejorado el diagnóstico de la epilepsia de aquellos pacientes que sufren crisis más severas con la adquisición del robot Rosa (Robotized Stereotactic Assistant).
Se trata de una máquina que permite implantar con gran precisión electrodos intracraneales para delimitar las zonas del cerebro donde se origina la enfermedad.
En rueda de prensa para presentar el nuevo robot, el director médico del centro, Felip Bory, ha asegurado que el hospital se sitúa de este modo en "la vanguardia del tratamiento" de la epilepsia en España --es el primer centro público en incoporarlo--, ya que ofrece una solución para el 30% de las 400.000 personas que se calcula que conviven con esta enfermedad en el Estado y que no responden a los tratamientos farmacológicos habituales.
Las epilepsias resistentes a la medicación solo pueden abordarse a través de la cirugía y la extirpación de partes del cerebro, y el robot Rosa permite acotar con mayor precisión qué zonas pueden salvarse y por tanto limitar el daño futuro de los pacientes y preserva capacidades como el habla y la movilidad, entre otras.
El jefe de la Unidad de Epilepsia del Hospital del Mar, Rodrigo Rocamora, ha resumido la compra del robot Rosa como "un antes y un después" en el abordaje de los enfermos más complicados, ya que mejora el diseño de una estrategia para su abordaje.
Si antes el estudio de cada paciente se realizaba con electrodos que se situaban en la superficie del cráneo, el robot permite ahora implantarlos dentro del cerebro, donde permanecen dos semanas midiendo la actividad cerebral en cada crisis y aportando a los especialistas la información necesaria para plantearse una intervención quirúrgica mínimamente invasiva.
El robot diseña la trayectoria correcta de cada implante y calcula la profundidad adecuada de unos electrodos que miden 0,8 milímetros, a la vez que reduce significativamente el tiempo quirúrgico necesario para su implantación, ya que si antes eran necesarias más de 12 horas para implantar 20 electrodos por esta vía, ahora es posible hacerlo en solo tres horas, ha explicado el jefe del Servicio de Neurocirugía del centro, Gerard Conesa.
200.000 EUROS
El Hospital del Mar ha atendido por este método a cinco pacientes hasta la fecha, implantando en total 35 electrodos, sin registrar ninguna complicación y mejorando la habilidad para manejar un dispositivo que, en casos muy concretos, también permitiría realizar pequeñas descargas terapéuticas y no solo la reconstrucción tridimensional del cerebro antes de pasar por quirófano.
Entre los primeros pacientes tratados se encuentra Nora, una mujer de 28 años que, pese a sufrir en el pasado tres crisis epilépticas cada mes, después de someterse a una intervención diseñada por el robot Rosa ha logrado mejorar su calidad de vida y ya lleva cuatro meses sin sufrir ningún otro episodio, ha relatado.
La compra del robot Rosa le ha costado al centro 200.000 euros, una inversión "programada" y que se ha hecho en cumplimiento estricto del presupuesto de 2012, ha precisado Bory, que también ha defendido que adquisiciones de este tipo permiten ahorros a largo plazo, ya que la mejora de la calidad de vida de los enfermos de epilepsia reduce ingresos urgentes por caídas o golpes y aumenta su productividad laboral, más allá de los condicionantes personales.