BARCELONA 20 Dic. (EUROPA PRESS) -
El abogado Javier Nart ha presentado este lunes ante el juez un documento que certifica que el cobro de 31.900 que aparecía en su cuenta suiza y que provenía de la cuenta de el ex director del Palau, Fèlix Millet, responde a un error de la entidad suiza que ambos compartían.
Según fuentes judiciales, el ex director y el abogado --junto con otras personalidades catalanas-- comparten gestor económico, Fernando Riba, que es quien gestionaba estas cuentas fiduciarias en las que se produjo el error.
En un principio, se retiró un dinero de la cuenta de Nart que, tras comprobarse el error, se compensó con dinero que procedía de la cuenta de Millet, tal y como acredita el documento del banco suizo, certificado ante notario y presentado por el abogado ante el titular del Juzgado de Instrucción número 30 de Barcelona que instruye el caso Palau.
"No hay relación entre Millet y yo. Ha sido un error interno del banco y así ha quedado acreditado", ha sostenido Nart a la salida del juzgado.
En la sesión, también estaba convocado a declarar como testigo Eduardo Porta por ser titular de otra cuenta en el banco suizo en la que recibió 18.000 euros de Millet, según un auto del juez. Porta no ha comparecido en los juzgados, pero ha enviado una certificación de que se encuentra en El Cairo.
LA AUDITORÍA DEL MILLÓN DE EUROS EN BONUS
Tras ellos, estaban llamados a declarar dos auditores del Gabinete Técnico de Auditoría y Consultoría que controlaban las cuentas del Palau entre los años 2001 y 2008. Durante la hora y media de declaración, los auditores han aclarado que pidieron explicaciones sobre los bonus que Millet y su mano derecha, Jordi Montull, se autoimpusieron en 2008 por su gestión del Palau de 1 millón de euros.
Han asegurado que recibieron de manos de la ex directora financiera, Gemma Montull, el libro de actas del Palau donde aparecían los estatutos con un anexo en el que aparecía la aprobación del cobro de estos bonus por parte de los ex dirigentes, que fotocopiaron.
Un apunte que no aparecía ni en la escritura fundacional ni en sus modificaciones posteriores, sólo en el libro de actas que en estos momentos está desaparecido, según las mismas fuentes.
Para saber si este precepto estaba vigente pidieron a Gemma Montull un certificado del entonces secretario del Palau Raimón Bergòs, que también recibieron de manos de ésta, por lo que dieron por bueno el pago de las bonificaciones.
Además, han asegurado que no vieron las facturas más comprometidas ya que hacían un muestreo que no llegó a acertar con dichas facturas.
Los auditores han sido preguntados por las facturas cuya ilegalidad era más evidente --como aquella en la que aparecía el concepto 'tarima de Santa María del Mar' de la boda de la hija de Millet-- y que han asegurado desconocer, porque no las vieron.
Sobre las facturas a nombre de las empresas Hispart, New Letter o Letter Graphic, han asegurado que, pese a no existir un contrato, sí habían unas facturas y que llamaban a los emisores que las confirmaban, aunque no comprobaban si esos trabajos se habían realizado para el Palau, ya que consideraban que no era su trabajo.