Cree que ambos gobiernos están "obligados" a hablar y evitar que los dos pierdan
BARCELONA, 29 Ago. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Cámara de Comercio de España, Josep Lluís Bonet, ha pedido a los empresarios catalanes que hablen a sus trabajadores a través de los comités de empresa para hablarles de las consecuencias de la independencia, tanto si el empresario está a favor como en contra.
En una entrevista de Europa Press, ha dicho que cada empresario "tiene la obligación moral de hablar del tema a su gente" porque el bienestar de sus empleados depende de él, por lo que no se trata de que el empresariado hable públicamente, sino a sus trabajadores.
"Que cada uno vote lo que quiera: la libertad es fundamental", ha dicho, pero ha defendido que todo trabajador sepa qué augura el empresario si Catalunya se independiza, y ha asegurado que él ya lo ha hecho en Freixenet como presidente del grupo.
Para Josep Lluís Bonet, es posible que un empleado acabe reprochando al empresario, en caso de independencia: "¿Por qué no me avisó si usted lo veía?".
Ha insistido en hablarles, pero "no constreñir a nadie de ninguna manera", y asegura que no dirigirse a ellos sería incluso una negligencia grave porque el momento actual es importante.
"SI HAY QUE REFORMAR, SE REFORMA"
También pide diálogo entre los gobiernos central y catalán: "No ha habido diálogo: mal los unos y los otros, y son los responsables principales de lo que ocurra".
"Si no van por el camino de diálogo y buscar consensos con buena fe, mal: suspendidos", les ha advertido.
Considera que el diálogo es una obligación de ambos, y que la independencia perjudica a ambas partes: "es un juego de lost-lost, todos pierden".
Bonet tiene claro que hay que hablar y "si hay que reformar, pues se reforma", incluidos cambios en la Constitución siempre que sean para mejorar la situación, no para empeorarla.
UE: VOLVER NO CURARÍA EL "GOLPE"
Advierte de que la salida de un Estado catalán de la UE sería automática, y afirma que, aunque reingresara, el perjuicio de la salida sería enorme porque supondría un "golpe inmenso".
También ve riesgo de deslocalizaciones con la independencia, porque "si hubiera independencia, mucha gente tendría un 'plan B", y también podrían irse empresarios catalanes, como se vio en Canadá con el proceso de Québec, ha dicho.
Bonet avisa también de que el mercado español es el "mercado natural" de Catalunya, pero dejaría de serlo con la independencia.