Un libro de Arturo San Agustín retrata la decadencia cristiana en Turquía como preludio para Europa

Portada Del Libro De Arturo San Agustín 'En Tarso Ya No Suenan Las Campanas'
EDELVIVES
Actualizado: sábado, 16 junio 2012 13:32

Afirma que las dos enormes mezquitas que se construirán demuestran el creciente islamismo

TARRAGONA, 16 Jun. (EUROPA PRESS) -

El periodista Arturo San Agustín ha publicado la crónica de un viaje a Turquía para contar la marginalidad, la realidad actual del cristianismo en un país con enclaves fundamentales en el origen de la Iglesia, y para advertir que esta decadencia podría ser el reflejo de lo que un día puede acabar siendo el cristianismo en Europa.

'En Tarso ya no suenan las campanas' (Khaf) también convierte en crónica su experiencia en temas de comunicación con algunos cardenales y con periodistas romanos y 'vaticanos'.

El libro narra el viaje que el arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, hizo en febrero de 2011 a lugares históricamente vinculados a su archidiócesis, como Konya --origen de Santa Tecla, patrona principal de la ciudad catalana-- y Antakya --donde surgió la palabra 'cristiano' y dos antecesores suyos fueron patriarcas--, y es en Tarso donde se cree que nació San Pablo.

El arzobispo quiere acercarse, quiere tender puentes también culturales con Estados donde el cristianismo fue importante durante siglos y comprobó que Turquía es laica y da libertad religiosa, pero el 99% de sus ciudadanos son musulmanes y casi no quedan católicos porque la minoría cristiana está formada básicamente por ortodoxos griegos y armenios.

En declaraciones a Europa Press, el autor afirma que es un país "cada vez más visiblemente musulmán", como demuestra el nuevo proyecto del Gobierno de construir la mayor mezquita del país en Diyarbakir para 20.000 fieles, además de la enorme ya proyectada en Estambul.

"Esa es la mejor expresión de lo que ya es Turquía hoy", pese a que el Estado turco --que es quien invitó a Pujol-- quiere fomentar precisamente el turismo religioso del primer cristianismo.

San Agustín ve en el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, una deriva conservadora e islamista: "Quizá intenta rescatar del pasado otomano un cierto orgullo. No digo que intente recuperar el imperio, sino animar a los turcos a descubrir o a enorgullecerse de su pasado".

"Es la vertiente religiosa, ortodoxa, del mismo lo que temen muchos turcos que dicen que EEUU financia movimientos islámicos extremistas; turcos, claro. Se preguntan: ¿A qué juega EEUU? Saben que Turquía no es Irak o Irán, pero temen que acabe siéndolo", añade.

Frente a esa realidad, el periodista y expublicitario da voz a varios estudiantes y periodistas turcos que se sienten "atrapados no entre Occidente y Oriente, sino entre dos turquías."

También cuenta lo que el nuncio en Turquía, Antonio Lucibello, recomendó a Pujol pensando en Europa, ante el embajador español: salir de la sacristía, estar con el necesitado, recuperar el ánimo pastoral y misionero porque la fe no es innata, y volver al primer Cristianismo, recuperando el espíritu de comunidad que sí conserva el Islam aunque tenga corrientes distintas.

IGLESIA: PASADO Y FUTURO

Turquía es precisamente el lugar de los primeros siglos de la Iglesia: por eso Pujol --subraya San Agustín-- afirma que Israel es la tierra de Jesús, y Turquía la tierra de la Iglesia, como pretende el libro: "Contar a algunos católicos de dónde vienen".

Para saber a dónde van, el cronista también viaja en el libro a Roma, donde se entrevista en el Vaticano con miembros de la Iglesia que buscan maneras de recuperar fieles en el mundo, incluida la posibilidad de una cierta campaña publicitaria o de información.

Arturo San Agustín (Barcelona 1949) ha sido director creativo de publicidad --premiado dos veces en el Festival de Cine Publicitario de Cannes--, ha publicado diez libros y ha realizado cinco documentales, y actualmente colabora en el diario 'El Mundo', aunque está concentrado en escribir crónicas como esta.

En 2011 publicó 'Un perro verde entre los jóvenes del Papa', una crónica de la Jornada de la Juventud en Madrid, y que le sirvió para retratar a los partidarios y los detractores de la Iglesia --se hicieron eco 'L'Osservatore Romano' y algunas publicaciones vaticanas--.