BARCELONA 7 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Fundación del Consejo España-Estados Unidos, Joan Maria Nin, ha defendido que España sería uno de los grandes países beneficiados del acuerdo comercial y de inversión que la UE está negociando con los Estados Unidos.
Así lo ha dicho este martes en el Cidob en el marco de una conferencia titulada '¿Es posible un gran acuerdo comercial transatlántico? Oportunidades para España', ya que con una liberalización profunda el cambio de renta per cápita pasaría a una media del 6,55%, y ha añadido que el mundo en su conjunto podría ver incrementada su renta per cápita en un 3,27%.
Nin cree que el Transatlantic Trade and Investment Partnership (TTIP) es una "negociación de mucha trascendencia" que beneficiará, sobre todo, a las pymes, las más castigadas por las barreras arancelarias, ya que las grandes empresas ya tienen acceso a mercados internacionales.
El exvicepresidente y exconsejero delegado de CaixaBank ha dicho que las negociaciones quieren evitar rebajar la regulación que protege la salud, el medio ambiente, la privacidad o los derechos de trabajadores y consumidores, liberalizar los servicios públicos y perder monopolios estratégicos.
Ha sostenido que el nuevo escenario de negociación del TTIP es de poder fragmentado que hace muy crítico para la UE fortalecer los lazos atlánticos: "Europa y Estados Unidos tienen ahora una oportunidad para definir los estándares mundiales del comercio del siglo XXI. Ambos reforzarían su liderazgo político en el ámbito internacional".
Estados Unidos y Europa tienen el 41% del PIB mundial, el mayor comercio bilateral del mundo con 750.000 millones de euros --el50% del comercio mundial--, y tres billones europeos de inversión acumulada recíproca.
Para la UE el acuerdo tendría un impacto de un crecimiento del 0,48% en el PIB durante la próxima década, de forma que en Europa habría 110.000 millones de euros anuales hasta 2027 y en Estados Unidos 95.000 millones de euros anuales.
Nin ha destacado que Estados Unidos está recuperando la industria a un nivel de vértigo, y se está ultimando que las empresas europeas puedan importar gas y petróleo americano a buen precio en virtud del acuerdo, e incorporar al mismo los servicios financieros, como la banca y los seguros.
Ha reconocido que la posición negociadora de la UE con Estados Unidos no es la misma, ya que EEUU son 50 estados y una nación, mientras que Europa se compone de 28 estados que representan a 28 naciones, lo que conlleva menos "unidad política".
RECUPERAR LA CENTRALIDAD ATLÁNTICA
Nin ha advertido de los riesgos que supondría no cerrar el acuerdo: "Si no tenemos TTIP, si no recuperamos la centralidad atlántica, la ruta de la seda --red de rutas comerciales entre Asia y Europa-- nos queda bloqueada desde el Pacífico. Todo esto tiene repercusiones en el paro y en las relaciones internacionales. Nuestra mirada natural es el Atlántico, no hacia el este".
Los puntos fuertes del TTIP, según Nin, son el acceso a la contratación pública, la reducción de trabas a la inversión, de aranceles --actualmente de un 3% de media--, la mejora de la competencia y la transparencia, y ha sostenido que los ámbitos a armonizar son la salud, la seguridad alimentaria y la laboral, la sostenibilidad y el medio ambiente, y la seguridad financiera y la protección de datos.
Ha explicado que en menos de una generación se ha visto cómo el escenario global ha cambiado completamente, pasando de un mundo con hegemonía americana a un nuevo espacio en el que el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial tienen un rol más limitado y surgen alternativas como el Nuevo Banco de Desarrollo (BRICS).
Asimismo, el yuan y el euro van cogiendo protagonismo en las transacciones internacionales y no existe un orden global, sino potencias regionales: "El desorden está acabando con el imperio, lo que lleva a una reflexión, y es que el imperio tiene una fuerte tentación de cerrarse sobre sí mismo.
Se acaba debilitando".