La superficie de pino se ha reducido un 25% en los últimos cuarenta años
BARCELONA, 2 Jun. (EUROPA PRESS) -
El proyecto europeo 'Life+ Pinassa' impulsará medidas para mejorar la situación de los bosques de pinares en Catalunya y protegerlos contra la amenaza del cambio climático durante los próximos cuatro años con una financiación global del 1,44 millones de euros, de los cuales el 75% proceden de la UE.
En rueda de prensa este martes, el director general de Medio Natural y Biodiversidad, Antoni Trasobares, y la representante del Centre de la Propietat Forestal, Teresa Cervera, han presentado la iniciativa, impulsada por cuatro socios: el Centre de la Propietat Forestal de la Generalitat, la Fundació Catalunya-La Pedrera, el Centre Tecnològic Forestal de Catalunya (CTFC) y los Bomberos de la Generalitat.
En los últimos 40 años la superficie de pino se ha reducido un 25% debido a los grandes incendios que en los años 80 y 90 afectaron a la Catalunya central, y si no se actúa, en los próximos 20 puede retroceder hasta un 50% debido a los incendios y a los efectos del cambio climático, ha alertado la representante del CTFC, Míriam Piqué.
A diferencia de otras especies, el pino (Pinus nigra) tiene poca capacidad de adaptarse a los fuegos de alta intensidad porque la piña se muere y las semillas no pueden regenerar el árbol, por lo que el bosque entra en regresión, ha explicado el representante de los Bomberos Asier Larrañaga.
El proyecto actuará sobre 120.000 hectáreas de pinar de terrenos públicos y privados que afectan a diez Zonas de Especial Conservación (ZEC), cinco de las cuales están situadas en la región prepirenaica y central, y la otra mitad se halla en la región meridional.
Estas zonas se consideran "hábitat prioritario de interés comunitario" dentro de la Directiva de Hábitats, y tiene una gran relevancia económica y social en Catalunya, puesto que es uno de los pinos con mayor contribución al mercado de la madera catalana.
PROBLEMAS Y ACTUACIONES
Según Cervera, los problemas que afectan a los bosques de pinar son su desestructuración por la falta de gestión tras el abandono de cultivos hace 40 o 50 años; la dificultad de regeneración de los árboles más maduros por los fuegos y plagas, y los grandes incendios forestales.
Entre las actuaciones que se llevarán a cabo destaca seleccionar arbolados a mejorar; obtener autorizaciones y acuerdos con propietarios privados, puesto que la mayor parte de las zonas de actuación están en manos de particulares; realizar inventarios ecológicos; aplicar modelos de gestión multifuncional, y difundir el conocimiento técnico y a la sociedad.
Con los propietarios privados se realizarán arrendamientos para retribuirlos durante los próximos 25 años con el fin de que conserven el bosque, y se hará un seguimiento ecológico, actuaciones de mejora y sensibilización, ha precisado Jordi Camprodon (CTFC).
Además, se trabajará para conservar los arbolados singulares y para mejorar la biodiversidad de los pinares jóvenes, se potenciará la regeneración de bosques afectados por incendios forestales o explotados intensamente en el pasado con el fin de aumentar su resiliencia ante los efectos del cambio climático y los fuegos.