LLEIDA 15 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los síndicos municipales de Catalunya reciben cada vez más quejas de los ciudadanos por la pérdida de la renta mínima de inserción (RMI), conocida como Pirmi, y menos por cuestiones relacionadas con multas o asuntos urbanísticos, temas que hasta 2011 eran el grueso de su trabajo.
"Desde 2011 todos los defensores, unos más que otros, vimos un cambio en el contenido de las quejas que recibimos, antes eran dudas anecdóticas de urbanismo, ahora RMI que se suprimen", ha explicado a los periodistas el síndico de Cornellà, Frederic Prieto.
A modo de ejemplo, Prieto ha contado que por circunstancias injustas, como un viaje a Marruecos para ver a su madre moribunda, la Generalitat ha suprimido la RMI a un beneficiario, y el interesado ha recibido la aceptación del error, pero tras un año no ha cobrado.
También ha explicado que a pesar de reunirse todos los requisitos la administración no paga por falta de fondos.
"Todo esto es el protagonista número uno ahora. Es un tema que se tiene que resolver. Una colaboradora me decía el otro día que los cuadros que vemos no los superaría la ficción", ha señalado.
"Tenemos casos que no se superarían si los inventara un novelista, sorprendentes", ha agregado, y ha reconocido que los síndicos no pueden hacer nada salvo remitirlo al Síndic de Greuges de Catalunya, Rafael Ribó, y hablar con los servicios sociales.
Prieto ha hecho estas declaraciones en Lleida, ciudad en la que este martes se ha reunido la junta directivas de los síndicos municipales de Catalunya y en la que la presidenta, Glòria Valent, ha expresado la falta de defensores en algunas zonas, como la de Lleida.
El también vicepresidente de la entidad ha cuestionado el papel de los ayuntamientos en la construcción de viviendas sociales porque en muchos casos los precios siguen siendo elevados para las personas sin recursos y ha reclamado al Estado que articule fórmulas para que efectivamente sea posible el derecho a la vivienda que figura en la Constitución.
Por su parte, el síndico de Lleida, Josep Giné, ha remarcado que la crisis y la falta de vivienda está perjudicando a los niños.
"Si no tienen vivienda, tienen todos los problemas. Difícilmente se pueden desarrollar bien, por eso uno de cada cuatro niños tiene problemas de formación, de adaptación, de salud, de todo, es un efecto colateral", ha afirmado.