MADRID, 3 Jul. (CHANCE/ Sonia Hernández) -
Blanca Suárez y Aitor Luna han estrenado su primer trabajo en Hollywood, 'Mi panadería en Brooklyn', una película del director madrileño Gustavo Ron.
Los actores españoles muestran ilusión por este proyecto en el cual tuvieron la oportunidad de trabajar en Estados Unidos. Volaron a Brooklyn el año pasado para empezar el rodaje, y cuentan que una de las pequeñas dificultades fue el idioma, pero rápido pudieron solventarlo ya que ambos interpretaban a personas de origen latino.
Blanca Suárez, ha tenido la oportunidad de grabar junto a Aitor Luna, el nuevo fichaje de la serie 'Velvet', una comedia romántica con toques muy españoles, pero rodada en inglés. Ella declara que rodar en otro idioma que no es el suyo es una experiencia. Al principio, a la actriz le suponía un reto, pero ha sido solventado con creces.
En esta ocasión, Blanca se ponen en la piel de una decoradora de interiores, que tendrá que ser la encargada de dar ese toque moderno al local; deseo de una de las hermanas. Vivirá una historia de amor con un tipo cómico y algo extraño, (Griffin Newman) que tendrá que luchar por su amor.
BLANCA SUÁREZ: "RODAR EN OTRO IDIOMA ES UNA EXPERIENCIA, CUESTA AL PRINCIPIO, AUNQUE AL FINAL EL CEREBRO SE HACE"
CHANCE (CH): ¿Cómo fue tu primer rodaje en Estados Unidos?
BLANCA SUÁREZ (BS): Ha ido muy bien, se trataba de una coproducción así que parte del equipo era español pero el grueso americano. Rodar en otro idioma es una experiencia, cuesta al principio, aunque al final el cerebro se hace. Hemos roto el fuero y ya no hay barreras.
CH: ¿Cómo ha sido la experiencia de interpretar en otro país?
BS: Al ser de procedencia latina los personajes, nos daban más libertad en la pronunciación, algo de manga ancha para desenvolvernos con el idioma.
CH: En la panadería hay una pelea entre tradición y modernidad, ¿por cual apuestas tú?
BS: Al final lo bueno es combinar las dos partes, que cada uno ponga su granito de arena y aporte lo mejor para ayudar al bien común, como ocurre en la película
CH: ¿Qué proyectos tienes ahora?
BS: Estoy esperando que se estrene 'El bar' y 'Lo que escondían sus ojos', la miniserie de cuatro capítulos para Telecinco. A mediados de verano empezaré a rodar de nuevo, una serie que aún no puedo adelantar.
Para el guapo y carismático actor Aitor Luna, esta ha sido la primera vez que cruza el charco hacia Estados Unidos para sumergirse en un rodaje en que ha tenido que practicar su inglés. El papel que realiza en esta ocasión, es un cocinero español arrogante y seductor, que vive una aventura de amor con una de las protagonistas. Además, tiene su propio programa de cocina.
Aitor se incorporará a la serie 'Velvet' y podremos verle en la próxima temporada. El vasco se meterá en la piel de un actor que será contratado como imagen de las Galerías con una personalidad un tanto complicada. Además mantendrá un romance con Ana Rivera, el personaje de Paula Echevarría en ficción.
CHANCE (CH): ¿Qué fue lo más complicado de rodar en Estados Unidos?
AITOR LUNA (AL): El idioma, preparar la melodía y la pronunciación, lo demás fue todo igual.
CH: ¿Te pareces en algo al personaje?
AL: Es cocinillas como yo pero en su caso en realidad el mérito es de la protagonista, mi personaje pone la planta, el rollo latino y su sonrisa de oreja a oreja.
CH: Te has incorporado a 'Velvet'...
AL: Terminamos a finales de julio, sólo me falta un capítulo por rodar.
AITOR LUNA SOBRE 'VELVET': "YA SE DESCUBRIRÁ A QUÉ RESPONDE SU ACTITUD SOBERBIA"
CH: ¿Qué nos puedes adelantar?
AL: Voy a interpretar a un actor, lo contratan para ser imagen de las Galerias y resulta tener una personalidad un poco complicada. Ya se descubrirá a qué responde su actitud soberbia.
'Mi panadería en Brooklyn' cuenta la historia de dos hermanas que regentan una exitosa panadería en pleno corazón de Brooklyn. Una de ellas quiere preservar la historia y carácter clásico que ha caracterizado siempre a la panadería. Sin embargo, la otra hermana quiere darle un toque moderno y minimalista. Esta historia refleja el espíritu de la ciudad ya que Brooklyn convive con esa eterna lucha de lo moderno y lo antiguo.