MADRID 10 Feb. (EUROPA PRESS - Marta Guzmán) -
Hacía mucho tiempo que no veíamos sonreír al maestro José Ortega Cano. Ni el anuncio de "su embarazo" pudo esbozar una sonrisa en su cara, debido a todos los problemas que se le venían encima. Los problemas con sus hermanos y sus hijos, especialmente con José Fernando, -los de Gloria Camila gracias a Dios quedaron en simples rumores-, la proliferación de comentarios día tras día y la aparición de su sobrino en televisión, además de los problemas con la justicia, por el fatídico desenlace del fallecimiento de Carlos Parra, unido a la extrañeza, de que el diestro se convirtiera en padre, enturbiaron la mejor de las noticias. Pero ayer hemos podido ver a José Ortega como siempre nos tenia acostumbrados... con una sonrisa en la cara.
José Ortega Cano pese a quien pese, lleva mucho, a las espaldas, como Isabel Pantoja, pero de eso, ya hablaremos otro día. Desde el anuncio de la enfermedad de Rocío Jurado en 2004, las noticias sobre el y su entorno, no han dejado de cesar.
En agosto de 2004, Rocío Jurado, era sometida a una complicada operación en el Hospital Montepríncipe de Madrid. Y el 17 de septiembre de 2004 anunciaba en una rueda de prensa, convocada en su casa, que padecía cáncer de páncreas. Aguantando las lagrimas, y guapisima, ninguno olvidaremos aquellas imágenes, aquel momento. Rocío, estaba mas viva que nunca. Como tampoco, el día que salía de la clínica Monteprincipe, ni olvidaremos ese especial de Navidad, donde 'la mas grande', dio todo y recordarla pone todavía, los pelos de punta a cualquiera.
Fueron casi dos años donde Ortega no se separó de su mujer y luchó con ella, junto a la hija de esta, Rocío Carrasco, Amador Mohedano y su mujer Rosa Benito, Gloria Mohedano y su marido José Antonio, Mari Carmen Ortega y Aniceto. No me gustaría olvidarme de ninguno, todos hicieron piña en los momento mas duros. Esa era la imagen que vivimos en ese momento, esa es la imagen que a Rocío le gustaría que permaneciera.
Un sábado, que le habían dado el alta, fueron a pasar el día al rancho del padre de su doctor. Allí estuvieron comiendo una paella que preparó Rosa. Como no tenían arroz suficiente le puso garbanzos, y allí me tomé por primera y única vez en mi vida una paella con garbanzos -buenísima por cierto-.
Luego por la tarde "estábamos tan agustito", como diría Ortega, que Rocío se puso a cantar y bailar. Lo veíamos a través de la ventana. Se la veía muy contenta y parecía que todo estaba bien. Sin embargo, al día siguiente se puso malísima y volvió a ser ingresada de nuevo. Aún así, ella era el alma de la fiesta.
Un noche y día donde todos querían, que la mas grande se recuperara, y donde los fotógrafos y cámaras que allí estaban, se convirtieron en unos grandes confidentes, muchos de ellos jamás han contado nada de lo que supieran.
Los periodistas hemos pasado jornadas interminables, como en Ubrique en casa de Jesulin de Ubrique, a los pies de esa casa de La Moraleja, aun cuando no había noticia, allí estábamos. Seguro que caía algo. Siempre una de cal y otra de arena con muy buenas formas. Todos los que allí nos apostábamos recordamos también cariñosamente a nuestra Rocío, con sus pieles, su chandal, sus calcetines y sus tacones. Un outfit como se diría hoy, muy Jurado. Ahh! Y en un smart de copiloto. Eran días que recordamos nostálgicamente cuando hablamos de ellos. Algunas veces se la oía cantar.
Rocío fue una gran matriarca, y sabía como llevar a su familia. Se fue y parece, como en la mayor parte de los hogares, no nos vamos a llevar a engaños, que todo se desvaneció.
QUÉ FUE DE ROCÍO CARRASCO
Rocío Carrasco, pese a todos los flashes que captó por su noviazgo con Antonio David Flores y su trágico accidente de trafico, (ya separada), ha optado por un discreto segundo plano, y vivir lejos de las cámaras, y vaya si lo ha conseguido.
Si no fuera por lo persistentes que somos, no saldría nada de ella y... poco sale. A este paso solo podría hacer un "Qué fue de...".
Quien lo iba a decir de una joven y adolescente que acaparaba portadas y portadas y espacios continuamente en televisión, por su propia vida. Uno de los momentos mas duros fue el accidente de coche que tuvo. Otra vez, jornadas intempestivas, a las puertas del Doce de Octubre esperando las buenas nuevas. La Jurado salía a veces escondida en el maletero para evitar a la prensa.
José, por su parte, se encontró solo, entrecomillas, sin su Ola, y con dos hijos, todavía bien pequeños, con una adolescencia por delante y... que tenían que crecer sin su madre. Nunca consiguió superar la muerte de la tonadillera. Muchos de su alrededor no lo entendieron y no se dieron cuenta que sus comentarios mellarían mas en el estado anímico del torero.
Desde entonces, todo parece que fueron calamidades en la vida de Ortega. Se cerró en banda, metió a todos en el mismo saco, y Ortega se volvió inaccesible. A mi, de hecho, me colgó un día el teléfono, sin realmente querer preguntarle nada beligerante, pero bueno, cosas sin importancia del día a día entre periodistas y famosos debidas más bien a la presión mediática, entre otras cosas.
De su actual pareja poco se sabe, discreta, hasta el momento lo ha sido, y muchos han asegurado que ella es la artífice de que padre e hijo se unan.
Hoy por fin, la vida le devuelve lo que han sido sus horas más bajas, y vuelve a sonreír. Esperemos que la llegada de este bebé, le haga afrontar mejor, las batallas que tenga que lidiar y que, estas, sean las mínimas.